Debate teleológico
Cuando Aristóteles dice de Anaxágoras, quien había hablado de la razón en el cosmos, que «fue el primer hombre sobrio, mientras que cuantos le rodeaban no decían más que disparates» (2), tal afirmación nos suena extraña. No es precisamente el de «sobrio» el primer predicado que se nos ocurre para aplicarlo a un lenguaje teleológico. Pero lo que Aristóteles piensa resulta claro: el intento científico de interpretar la carrera del perro hacia su plato de comida sin la palabra «hambre», y sus ladridos cuando el amo vuelve a casa sin la palabra «alegría», no deja de tener algo de fantástico.
El programa de una reconstrucción no teleológica de la aparición de Sócrates a partir del big bang es ciertamente comprensible en su pensamiento fundamental, pero es imposible mantenerlo en la cabeza mientras se lee la Apología de Sócrates de Platón. Además, no pasa de ser un mero programa, pues sólo podría realizarse en un número infinito de pasos. Se pierde en lo apeiron**, y para Aristóteles eso quiere decir que es desaforado.
Empédocles «disparata» cuando considera que la mutación sin dirección alguna y la selección de lo que sirve a la conservación son suficientes para explicar el fenómeno de los seres organizados conforme a fines. (3) Aristóteles objeta que de ese modo no se explica la reproducción invariante de tales seres. Que los mecanismos de reproducción mismos podrían ser un resultado selectivo de procesos que no persiguen dirección alguna, era algo que aún no se debatía, pues la existencia de esos mecanismos todavía era desconocida. La otra objeción rezaba así: no vemos pensar a las plantas. Y resulta que la anticipación de lo que todavía no existe es cosa de la reflexión. Aristóteles responde: tampoco el arte reflexiona, y menos cuanto más perfecto es. (4) El telos está en el organismo como en el flautista que toca su instrumento medio dormido.
(2)Aristóteles: Metafísica, A3.984 b17; cfr. a este respecto Platón: Fedón, 97 b.
(3)Empédocles: Fragmentos, 59-67. en: Diels/Kranz: Fragmente der Vorsokratiker, Zürich. 1960.9ª ed., vol. I, pp. 333-337: la posición de Aristóteles al respecto en Física, II. 8. 199 b5 y ss.: Las partes de los animales, A I, 1, 640 b18 y ss.: cfr. a este respecto O’Brian, D: Empedocles’Cosmic Cycle, Cambridge. 1969.
(4)Cfr. a este respecto Física, n. 8, 199 b 27-33.
*Conferencia pronunciada en Hannover el 12 de noviembre de 1977 para inaugurar el III Congreso Internacional sobre Leibniz y publicada en Zeitschrift für philosophische Forschung, 32 (1978). pp. 481-493
**Ápeiron es un término usado en filosofía, por Anaximandro de Mileto, para referirse al principio u origen (arché) de todas las cosas, identificando este primer principio con lo «indefinido» o «ilimitado».
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