Décimo fragmento del artículo de Robert Spaemann titulado Daseinsrelativität der Werte publicado en Henkmann, W., Leonardy, H. (eds.): Person und Wert. Schelers «Formalismus» - Perspektiven und Wirkungen, Freiburg, 2000, pp. 29-46; cuya reproducción traducida está extraída del libro de la editorial Eiunsa Robert Spaemann: Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar con el título La relatividad existencial de los valores
Un mundo de fuerzas
Para Scheler, Kant tuvo el mérito de haber pensado por vez primera en el concepto de fenómeno, esa objetividad existencialmente relativa. En cualquier caso, eso para Scheler fue sólo un comienzo. Kant habla únicamente de la relatividad existencial respecto de sujetos racionales dotados de percepción sensible. Hay fenómenos en la medida en que hay sujetos racionales, sin que ello dependa en absoluto de un acto perceptivo concreto. Es absurdo pensar que la escalera de mi casa deja de existir cuando en el descansillo no hay nadie que pueda verla.
continuación del Epígrafe II
En conexión con las images de Bergson, Scheler habla de «imágenes corpóreas» (cfr. Gesammelte Werke, vol. 8. p. 294). Éstas son tanto trascendentes a la conciencia como irreales. Y no son idénticas a las unidades perceptivas. La percepción actual las capta siempre sólo de manera descompuesta, parcial, perspectivista. Sobre las images escribió Bergson: «Por imagen entendemos una cierta existencia que es más que lo que el idealista llama representación, pero menos que lo que el realista llama cosa, una existencia que se encuentra a medio camino entre la cosa y la representación. Para el common sense existe el objeto en sí mismo y, por otra parte, está configurado de la manera como lo percibimos» (10).
Existencialmente relativo en este sentido es, para Scheler, todo el mundo de la ciencia de la naturaleza moderna. El diseño abstracto de este mundo tiene su origen en la voluntad humana de dominio sobre la naturaleza. Scheler se adhiere aquí estrechamente a la interpretación pragmática de la ciencia de la naturaleza. La ciencia reduce sus objetos a aspectos con cuya ayuda la naturaleza puede hacerse disponible para los fines humanos. Por consiguiente, no es que la ciencia esté libre de valores, sino que está construida bajo el aspecto de la utilidad posible y convertida así en algo dado. Esta es la razón por la cual no puede haber una explicación científica de la vida. Pues los mecanismos que ahí se invoquen para dar una explicación de ella tienen una realidad sólo relativa a la vida y a la voluntad de dominio de la misma. «La construcción que la vida lleva a cabo para su dominio espontáneo no puede de nuevo aplicarse a la vida» (Gesammelte Werke, vol. 8, p. 271). De este modo, tampoco las imágenes corpóreas pueden explicarse por la influencia de un mundo externo en los organismos o en los cerebros. Pues organismos y cerebros son también imágenes corpóreas, esto es, «fenómenos», y en cuanto tales, relativos a la existencia de seres dotados de percepción.
Volumen 8 de Gesammelte Werke |
(10) Henri Bergson: Matière et mémoire, Paris. 1986. 7ª ed., Préface. p. 11.
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