viernes, 4 de diciembre de 2020

Relatividad existencial del valor

Noveno fragmento del artículo de Robert Spaemann titulado Daseinsrelativität der Werte publicado en Henkmann, W., Leonardy, H. (eds.): Person und Wert. Schelers «Formalismus» - Perspektiven und Wirkungen, Freiburg, 2000, pp. 29-46; cuya reproducción traducida está extraída del libro de la editorial Eiunsa Robert Spaemann: Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar con el título La relatividad existencial de los valores


Relación con los fenómenos


...objeción de Scheler. Los valores, al igual que los números, son objetos intencionales cuyo ser es el posible ser-objeto en actos intencionales. Sin referencia a esta posibilidad, hablar de valores tiene tanto sentido como hablar de colores sin referencia a un posible ver.


continuación del Epígrafe II


Volumen 9 de
Gesammelte Werke

Esta tesis nada tiene que ver con la afirmación de que los colores son «sólo subjetivos», estados de los órganos de la percepción al ser estimulados a determinadas frecuencias. Los colores son cualidades objetivas y no estados subjetivos. Pero estas cualidades existen sólo con relación a un posible ser visto por seres vivos con los órganos sensoriales correspondientes. En Idealismo y realismo, para explicar su tesis, Scheler hace referencia al concepto de Heidegger de «ser-a-la-mano» * como una forma de ser que es relativa a la existencia humana (cfr. Gesammelte Werke, vol. 9, p. 199).

La estricta objetividad de los valores existencialmente relativos puede mostrarse fácilmente por medio del ejemplo de lo útil y lo dañino. La nocividad de algo es siempre relativa a un ser vivo, a una persona por ejemplo. Pero que una sustancia determinada sea para mí un veneno o no, no depende en absoluto de lo que yo juzgue. La relatividad existencial del valor no tiene nada que ver con la subjetividad de los juicios acerca de él y tampoco con la subjetividad de los juicios sobre la presencia fáctica de un hecho de valor.

Max Scheler desarrolla su concepto de relatividad existencial, que aparece primeramente en el Formalismo y cuya exposición más importante se encuentra en Conocimiento y trabajo, en primer lugar a partir de Kant, concretamente del concepto kantiano de «fenómeno», y del concepto de Bergson de «imagen». Los fenómenos son en Kant algo distinto de la apariencia. Cierto es que para Scheler también la apariencia es objetiva, pero su objetividad es existencialmente relativa a individuos concretos o a sujetos colectivos empíricos concretos. Y su surgimiento es asunto de la psicología. El fenómeno, por el contrario, no es ningún asunto de la psicología, de la neurología o de la biología de la evolución, ni puede serlo, puesto que los propios objetos de estas disciplinas son fenómenos, es decir, son existencialmente relativos a sujetos racionales dotados de percepción sensible.

Volumen 8 de 
Gesammelte Werke
Una suerte de teoría evolucionista del conocimiento, como la ensayada por Konrad Lorenz y con la que comenzó a mirar «tras el espejo» (9) y a explicar las categorías y las formas de la sensibilidad kantianas como productos de una evolución de tipo darwinista, choca, según Scheler, con un principio gnoseológico fundamental que él formula así: «Es un principio absolutamente evidente de la teoría general del conocimiento que la "x" a la que un objeto es existencialmente relativo, y cuyo conocimiento es a consecuencia de ello cognoscitivamente relativo, nunca puede explicarse mediante los mismos principios ontológicos y cognoscitivos que el objeto mismo, pero que, por otra parte, si es que la relatividad existencial de "a" respecto de "x" debe ser todavía conocible, un conocimiento de "x" ha de ser posible» (cfr. Gesammelte Werke, vol. 8, p. 271).

Para Scheler, Kant tuvo el mérito de haber pensado por vez primera, en el concepto de fenómeno, esa objetividad existencialmente relativa. En cualquier caso, eso para Scheler fue sólo un comienzo. Kant habla únicamente de la relatividad existencial respecto de sujetos racionales dotados de percepción sensible. Hay fenómenos en la medida en que hay sujetos racionales, sin que ello dependa en absoluto de un acto perceptivo concreto. Es absurdo pensar que la escalera de mi casa deja de existir cuando en el descansillo no hay nadie que pueda verla.

 
*«ser-a-la-mano» (zuhandenheit): característica de aquellos entes que utilizamos y que forman parte de nuestro mundo cotidiano. Estos entes existen-para-nosotros y mientras los percibamos como a-la-mano no son realmente percibidos sino que forman parte de un dejarse llevar. El ser-a-la-mano es la experiencia principal y mayoritaria del dasein (ser ahí, ser en) con respecto a los entes que constituyen su mundo. Nuestra existencia está plagada de entes que percibimos continuamente como seres-a-la-mano (esto es, como seres-para-nosotros, como útiles): los muebles de nuestra casa, nuestra casa, la ropa, el ordenador, el teclado del ordenador, una lámpara, la calle asfaltada, un camino, animales de carga o uso etc. Dentro de este modo de ser los entes parecen no estar ahí, pues el dasein no es consciente de su existencia sino que se desliza entre y con ellos por el mundo. Referencia: http://lescommunards.blogspot.com/2017/09/algunos-conceptos-de-la-filosofia-de.html

(9). Cfr. Konrad Lorenz: Die Rückseite des Spiegels. Versuch einer Naturgeschichte menschlichen Erkennens, München, 1973.


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