A pesar de los fracasos
...sólo el que actúa comprometido de verdad puede dar fe de los límites de lo posible. Si capitula ante lo imposible, él sabe que efectivamente era imposible. Su capitulación es ciertamente más dolorosa que la de los estoicos, ya que renuncia a aquello con lo que está efectivamente encariñado.
continuación
Representación de Job |
En el Antiguo Testamento se describen las disputas de Job y sus desesperadas reclamaciones frente a Dios; ahora bien Job, a diferencia del cínico, se apoya en que la realidad, como obra de Dios, debe estar llena de sentido. Pero él no puede descubrirlo. Al final tenemos sencillamente la capitulación ante el poder de Dios, que le muestra cómo El y no Job ha hecho, en definitiva, el cocodrilo y el hipopótamo. Evidentemente también Jesucristo es muy distinto de un sabio estoico, cuando, en su angustia mortal, ruega por su vida añadiendo después: “no se haga mi voluntad sino la tuya”.
René Descartes |
Es una propiedad de la religión ver en ambas el mismo fundamento. Dios es, de un lado, origen y garante de las exigencias morales; pero, de otro, es señor de la historia; dicho de otro modo, Dios es honrado también con nuestros fracasos y, además -y esto es lo principal-, garantiza la armonía definitiva de nuestras intenciones con la marcha del mundo. He dicho: y esto es lo principal. Podíamos pensar, en analogía con el espíritu engañador universal inventado por Descartes, en un genio maligno que se cuidara sistemáticamente de trocar siempre todos nuestros buenos propósitos en lo contrario; de que todas nuestras buenas acciones tuvieran siempre malas consecuencias. En un mundo así no podríamos actuar bien.
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