lunes, 6 de junio de 2022

Evaluar al fin y al cabo

Octavo fragmento de la conferencia de Robert Spaemann pronunciada en Madrid el 19 de mayo de 2005 titulada Confianza. Publicada en la revista Empresa y Humanismo Vol. IX, 2/05, pp. 131-148. El texto de la conferencia completa se puede obtener en el enlace: https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/7007/4/Confianza.pdf

VIII. Confianza y persona

Y la confianza, con frecuencia, no puede basarse en un conocimiento íntimo de las personas con las que tenemos algo que ver. A menudo la confianza sólo se dispensa indirectamente a personas. La confianza en la seguridad de una moneda, en la solvencia de una empresa, implica ciertamente una confianza en la competencia de los responsables, pero constituye sólo un factor; otros factores se sustraen a menudo a la responsabilidad atribuible a personas particulares. Por ello la responsabilidad correspondiente es comparable más bien al cálculo de probabilidad que hacemos mentalmente cuando nos sentamos en un coche o un avión. Lo personal es siempre sólo un factor entre otros. Por cierto, a este elemento personal se une también el hecho de ser nosotros mismos dignos de confianza. El “fallo humano” puede ser también el nuestro, y un aprendiz de conductor, al igual que un hombre viejo, en trayectos largos se fía antes de la competencia de un conductor experimentado que de sí mismo.

Pertenece a la particularidad de las personas el que no son simplemente idénticas consigo mismas, sino que pueden actuar y comportarse frente a sí mismas. Pueden querer tener otro carácter, otras capacidades, etc. y no tienen la sensación de ser otra persona, si ellas fueran distintas. Esta capacidad de establecer una distancia interior frente a sí mismo posibilita algo así como la autoconfianza, a pesar de que confianza significa en el fondo una relación entre al menos dos personas. Podemos comportarnos frente a nosotros mismos como frente a una segunda persona. Podemos ponderar si en un caso concreto preferimos confiar en nosotros mismos o en otro. Y esto no es solamente válido para la confianza en la competencia, sino incluso para la confianza en la integridad moral. Un hombre razonable no se considerará como el hombre moralmente más fidedigno del mundo.

Resumamos: Hablamos de confianza en sentido propio cuando se trata de una relación entre personas. Hablamos de confianza en sentido en parte metafórico y en parte propio cuando se trata de una relación con sistemas, aparatos o instituciones, en tanto en cuanto una confianza tal contiene siempre implícitamente la confianza en la competencia y la integridad de aquellas personas que actúan en esos sistemas y gracias a cuya interacción los sistemas son lo que son. Hablamos en un sentido completamente metafórico y, en el fondo, improcedente, de la confianza en el futuro -una actitud irracional sin fundamento en las cosas mismas-.

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