Robert Spaemann |
El dinero y los políticos
Robert Spaemann es particularmente crítico, asimismo, del doble criterio moral con que actúa la prensa respecto de la conducta de los políticos, aunque en muchos casos ésta pueda ser censurable:
- Creo que hoy día existe realmente una hipocresía. Vivimos en una sociedad donde ya casi no tiene importancia el punto de vista del honor y en la que el hombre cuenta sólo si tiene dinero. En una sociedad semejante se pide a los políticos ser santos, ser absolutamente correctos en lo que se refiere al dinero. Estoy de acuerdo en que esto debe ser así, pero si a todo el mundo lo único que le interesa es ganar o ahorrar más dinero, evadiendo impuestos o haciendo trampas con el seguro social, ¿cómo exigir de los políticos buen comportamiento? Estoy de acuerdo, es muy grave la incorrección en los cargos públicos, pero hay sin duda hipocresía y estrechez de mente en quienes les critican, porque, desde luego, son éstos muchas veces cómplices de crímenes mucho más graves, como el de dar muerte al niño que está por nacer, para no referirme al crimen de la eutanasia, que empieza a entrar.
- Tales medios aceptan entonces esas políticas.
- Sí, totalmente. Y eso nos demuestra que sólo les interesa la distribución de medios materiales. ¿Y en esas condiciones se pretende que el que tiene el poder público no se aproveche él mismo desde el punto de vista material? Un postulado de Platón ya nos dice que los dirigentes del Estado no deben enriquecerse. Bueno, pero si ya no se acepta el resto de la moral, ¿por qué curiosamente sólo insistir en este punto?
El imperio de la economía
- El profesor Martin Kriele ha señalado que la antirreligiosidad contemporánea -o el anticlericalismo- ya no es como la de antaño, una lucha por el derecho de las minorías, sino todo lo contrario, una lucha encaminada al sometimiento de la vida espiritual al servicio de la funcionalidad sistemática.
Martin Kriele |
- Estoy completamente de acuerdo. Hoy día se traducen sistemáticamente los asuntos espirituales en un lenguaje económico. Tras la caída del marxismo estamos ante el triunfo de un economicismo total. Debe desaparecer todo valor que no pueda transformarse en el lenguaje económico. Hace unos días, por ejemplo, leí un artículo de un sociólogo de Bremen, aparecido en la revista Focus, una publicación que en este momento es una alternativa de Der Spiegel. Dice que hoy día hay que ahorrar y suprimir completamente todo tipo de ayuda del Estado a la familia, en lo que respecta a los niños. ¿Por qué? Porque el pago de las jubilaciones se asegura ahora con los trabajadores que vienen del extranjero. Por consiguiente, ya no necesitamos niños para pagar las jubilaciones de los viejos. Podemos importar los trabajadores de otros países. Para el Estado resulta más económico dejar de financiar la educación de los niños alemanes, importando esos trabajadores ya educados de los demás países. Esto, evidentemente, es de un cinismo absoluto. Es decir, el problema de los niños se reduce a un asunto económico, de costos. Es algo muy sintomático de lo que está pasando en términos de valores. ¿Valor o precio?
Texto completo en el enlace https://www.aceprensa.com/articles/la-resaca-del-relativismo/