lunes, 3 de febrero de 2020

Propuestas antiteleológicas

Quinto fragmento de la Conferencia pronunciada por Robert Spaemann en Hannover, el 12 de noviembre de 1977 titulada: Naturteleologie und Handlung *. Publicada en el libro de la editorial Eiunsa Robert Spaemann: Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar con el título Teleología natural y acción.

Del vitalismo a la cibernética


Kant pensaba que los organismos son objetos de un tipo especial y que nunca se dará su reconstrucción completa, ni por lo tanto su eliminación como objetos específicos: que no aparecerá «el Newton de la brizna de hierba». No pudo dar a su conjetura una fundamentación realmente concluyente.


continuación



Hegel pudo mostrar que el concepto kantiano de objeto era abstracto y hasta qué punto la función regulativa de los principios que guían el conocimiento es constitutiva como tal para el conocimiento concreto. Con todo, el capítulo de la Lógica de Hegel dedicado a la teleología apenas ha influido sobre el ulterior curso del debate al respecto. El programa antiteleológico de las ciencias naturales desarrolló toda su potencia después de Hegel. La reacción teleológica que vino dada por el vitalismo no alcanzó el nivel especulativo en el que este problema había sido tratado ya por Aristóteles y Hegel (16).

El vitalismo no problematizó la forma de la objetividad científica, sino que intentó pensar la entelequia como un objeto precisamente en esa forma. Por ello, a pesar del acervo de fenómenos en que se apoyaba, el vitalismo no pudo resistir la crítica pronto suscitada contra él desde la teoría de la ciencia. El punto central de esa crítica era el siguiente: para que la entelequia ** sea más que una hipótesis ad hoc, tendría que ser verificable con independencia de la función en virtud de la cual se le da entrada. Y precisamente eso es lo que no sucede. Lo que dicen los vitalistas de la entelequia en sentido objetivo, recuerda, por ello, al lobo que supuestamente se ha acercado a alguien. A la pregunta de si realmente era un lobo, el interesado responde: «¿Qué, si no, ha hecho ese ruido tras los arbustos?». El vitalismo no pasó de ser un mero episodio; el programa antiteleológico retornó su curso durante un tiempo. Incluso trató de extenderse al campo de la acción misma.

En lugar de entender la naturaleza teleológicamente por analogía con la acción, el behaviorismo intentó, a la inversa, comprender la acción como un caso de suceder natural no teleológico y dejar a un lado la autocomprensión teleológica del agente como irrelevante: un programa que está abocado al fracaso, como muy tarde, en el momento en que la teoría behaviorista misma es comprendida como una acción e interpretada behavioristamente.

Conductismo o behaviorismo
Sin embargo, la nueva situación del problema no está caracterizada por el behaviorismo, sino por la genética, la teoría de sistemas y la cibernética. A primera vista esos planteamientos tienen en común un cierto regreso a Aristóteles, por cuanto sin prejuicio alguno toman conocimiento del fenómeno de los procesos que discurren en una dirección concreta -especialmente, del fenómeno de la persecución obstinada de un mismo objetivo aunque cambie el marco de condiciones-, pero tratan de separar ese fenómeno de la idea de una anticipación consciente y conforme a un propósito. Ahí se distinguen igualmente de la teleología teológica medieval y de la antiteleología moderna: tanto una como otra solamente pueden pensar el fin como momento de una anticipación conforme a un propósito.

Colin Stephenson Pittendrigh
Pero precisamente por ello estos planteamientos son ambivalentes en lo que respecta a la posición que adoptan ante el problema de la teleología. Pueden ser interpretados como rehabilitación de la teleología. Pues estamos ante el conocimiento de que determinadas estructuras procesuales no se pueden describir en modo alguno si no se recurre a algo así como una tendencia. Pero, por otra parte, nos hallamos ante intentos de describir esas estructuras «teleonómicas», según se las denomina desde C. S. Pittendrigh, a su vez como resultado de procesos causal-mecánicos. El concepto de «teleonomía» ** aspira a designar aquella «conformidad a fines casual». En ese sentido, también se puede interpretar la teoría de sistemas y la cibernética como intentos de acabar definitivamente con la teleología, dado que el fenómeno de la conformidad a fines ya no se deja sencillamente a un lado, sino que como tal es integrado en un esquema explicativo no teleológico al que se lo subordina. Así, la discusión de los últimos dos milenios y medio ha vuelto en cierto modo al mismo punto del que había partido. Los argumentos parecen haberse agotado.


(16) Cfr. a este respecto Samson, L., Naturteleologie und Freiheit bei Arnold Gehlen. Freiburg/München, 1976, especialmente pp. 43-55.


*Conferencia pronunciada en Hannover el 12 de noviembre de 1977 para inaugurar el III Congreso Internacional sobre Leibniz y publicada en Zeitschrift für philosophische Forschung, 32 (1978). pp. 481-493. Artículo completo en https://www.unav.edu/publicaciones/revistas/index.php/anuario-filosofico/article/download/29974/25870

**Entelequia: 1. Cosa, persona o situación perfecta e ideal que solo existe en la imaginación. / en Filosofía: Modo de existencia de un ser que tiene en sí mismo el principio de su acción y su fin. (RAE)
-Teleonomía: El término teleonomía en biología es un concepto utilizado por primera vez por Jacques Monod en su teoría de que vio dentro de las estructuras de los seres vivos una acción finalista, causada por la selección natural, dirigida a promover las funciones vitales eliminando las que que cese la obra. Según otras fuentes, el lemma de la "teleonomía" fue inventado por Colin S. Pittendrigh en 1958 ... Referencia: https://educalingo.com/es/dic-it/teleonomia

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