1. ¿Resistencia frente a los hechos?
¿De dónde procede la resistencia frente a los resultados de la investigación científica? ...
Hay hechos desagradables frente a los cuales no podemos en absoluto reaccionar en el sentido de una prosecución de fines... la "mentira noble" de Platón estaba pensada en este sentido: no debía motivar a los hombres a obrar contra su propio interés...
La resistencia religiosa frente a la visión copernicana del mundo (2) fue, en esa medida, una resistencia honrosa, porque para quienes se oponían estaba en juego la credibilidad del testimonio de la Revelación. Para ellos, la Revelación tenía a su favor muchas buenas razones y confiar en ella formaba parte de su propia identidad. Además, de esta resistencia resultó una fórmula con la que, como tantas veces, los "reaccionarios" se adelantaron sin saberlo a su época: exigieron de Galileo la concesión de que su teoría era una hipótesis matemática, es decir, un constructo * dependiente de un paradigma; precisamente lo único que podía ser, según nuestra moderna comprensión de las teorías científicas. De esta concesión habría que inferir, por supuesto, que tampoco la visión ptolemaica del mundo (1) era más que una hipótesis.
Ni Galileo ni sus adversarios estaban en situación de llegar tan lejos. Si lo hubieran estado, habrían podido someter sus teorías a una comparación de rendimientos. Con ello se habría concedido a Galileo la ventaja, absolutamente reconocida, de que su teoría era de una simplicidad y belleza incomparablemente mayor, como también su fuerza de predicción de fenómenos hasta aquel momento desconocidos. Frente a ella, la teoría ptolemaica tendría la ventaja de ser compatible con lo que parecían comunicar las fuentes de la Revelación. Evidentemente esto hubiera sido una solución conservadora, pero también el reconocimiento del pluralismo de teorías es criticado hoy como conservador.
Una solución así no habría forzado aquella nueva apreciación de las fuentes de la Revelación que sólo se pudo formar a la vista del conflicto: o su rechazo absoluto como fuentes de conocimiento, o su nueva interpretación teológica por la cual fueron en gran parte inmunizadas frente a los resultados científicos, quedando así los creyentes dispensados de la necesidad de seguir aferrados a un paradigma científico determinado que, por lo demás, se había hecho estéril. Sólo esta nueva interpretación ha hecho posible esa trivialización ideológica de la visión copernicana del mundo de la que podemos hablar hoy. El hecho de que, con independencia de la interpretación de los textos bíblicos, el mundo copernicano no es en absoluto tan trivial, sólo lo vio Pascal en el siglo XVII. Cuando escribe: "el silencio de los espacios eternos me aterra", alude a que la trivialización misma no es trivial.
Nosotros podríamos decir también que el segundo principio de la termodinámica es, en cierto modo, el principio del triunfo de la trivialidad. Pero precisamente por eso, para un ser que persigue la conservación y el crecimiento de sí mismo, la conservación de la energía es todo menos trivial. Lo que le aterra a Pascal es la trivialidad misma, la "indiferencia del mundo" que, según Kolakowski, está en el origen de toda cultura mítica y que, paradójicamente, es acrecentada por el dominio científico del mundo. (3)
La significación infinita que se ha dado el hombre a sí mismo en la tradición cristiana ya no encuentra una representación intuitiva en la forma espacial del universo. El lugar de la encarnación de Dios es un lugar periférico en el Sistema Solar; el Sistema Solar es un lugar periférico en el conjunto del cosmos. Las leyes que estructuran este universo no son aquellas que nos permiten concebir las cosas que están fuera de nosotros por analogía con el modo como los hombres nos entendemos unos a otros, es decir, como unidades autónomas independientes pero semejantes a nosotros. Son, más bien, leyes que nos permiten dominar la naturaleza precisamente porque convierten a la naturaleza en el ámbito de lo indiferente, de lo trivial.
(1) La teoría geocéntrica es una antigua teoría que pone a la Tierra en el centro del universo, y los astros, incluido el Sol, girando alrededor de la Tierra (geo: Tierra; centrismo: agrupado o de centro). El geocentrismo estuvo vigente en las más remotas civilizaciones. Por ejemplo, en Babilonia era ésta la visión del universo y en su versión completada por Claudio Ptolomeo en el siglo II en su obra El Almagesto, en la que introdujo los llamados epiciclos, ecuantes y deferentes, estuvo en vigor hasta el siglo XVI cuando fue reemplazada por la teoría heliocéntrica. (https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_geoc%C3%A9ntrica)
(2) La Revolución de Copérnico es el nombre con el que suele conocerse a la revolución científica que se produce en Europa Occidental, representada en la astronomía por el paso del tradicional sistema ptolemaico geocéntrico (herencia clásica adaptada y conservada por el pensamiento cristiano medieval) al innovador sistema copernicano heliocéntrico, iniciada en el siglo XVI por Nicolás Copérnico (cuya obra De revolutionibus, no alude al tradicional concepto de revolución, sino al de ciclo o trayectoria circular de los cuerpos celestes) y culminada en el siglo XVII por Isaac Newton. En gran parte como consecuencia de esta revolución, el panorama intelectual de finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII se considera la crisis de la conciencia europea y abrirá el siglo XVIII como siglo de las luces o de la Ilustración. (https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_de_Cop%C3%A9rnico)
(3) https://albacrespo.wordpress.com/2016/02/24/kolakowski-reflexiones-sobre-la-indiferencia-del-mundo/
(2) La Revolución de Copérnico es el nombre con el que suele conocerse a la revolución científica que se produce en Europa Occidental, representada en la astronomía por el paso del tradicional sistema ptolemaico geocéntrico (herencia clásica adaptada y conservada por el pensamiento cristiano medieval) al innovador sistema copernicano heliocéntrico, iniciada en el siglo XVI por Nicolás Copérnico (cuya obra De revolutionibus, no alude al tradicional concepto de revolución, sino al de ciclo o trayectoria circular de los cuerpos celestes) y culminada en el siglo XVII por Isaac Newton. En gran parte como consecuencia de esta revolución, el panorama intelectual de finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII se considera la crisis de la conciencia europea y abrirá el siglo XVIII como siglo de las luces o de la Ilustración. (https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_de_Cop%C3%A9rnico)
(3) https://albacrespo.wordpress.com/2016/02/24/kolakowski-reflexiones-sobre-la-indiferencia-del-mundo/
*constructo:
Del ingl. construct, y este del lat. constructus, part. pas. de construĕre 'construir'.
1. m. Construcción teórica para comprender un problema determinado.
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