Fragmento del ensayo de Robert Spaemann SOBRE LA ONTOLOGIA DE «DERECHAS» E «IZQUIERDAS» Traducción del alemán: Juan Cruz Cruz
Funcionalismo y verdad
El finalismo clásico era un finalismo trascendente y dinámico. Sus fórmulas eran: «omne agens agit propter finem», «omne ens est propter suam propriam operationem». * El fin último de este ser finito, empero, era la representación de Dios. Tomás de Aquino escribe que todo ser finito de la naturaleza ama a Dios más que a sí mismo; mientras que la teleología invertida encuentra su fórmula precisa en Spinoza: «Conatus sese conservandi est essentia rerum». *
Cuando de Bonald escribe: «El hombre no se inclina en este mundo nada más que a alcanzar perfectamente los medios de su autoconservación física y moral», hay que entender ese bien como el sometimiento de toda la vida a las condiciones de su conservación. La función social de conservarse se convierte en el criterio supremo de la verdad metafísica y religiosa. Por esta especie de pragmatismo se hizo de Bonald el precursor de Augusto Compte y de los más importantes teóricos de las derechas. «La parti de Bonald» llamó Charles Maurras a «Action française».
Péguy fue el primero que vio el nihilismo oculto de las derechas modernas, las cuales defienden la conservación de una cosa, sin poder garantizar su valor. En la medida en que Péguy defendió la revolución francesa contra los discípulos de Compte, contra los maurrassianos, contra los intelectuales, pensó que él mismo era el defensor de los valores de la vieja Francia. Pues fueron las gentes del «Ançien Régime» quienes habían hecho la revolución.
El concepto no funcional de verdad fue también el que hizo que un hombre como G. K. Chesterton abogara por los jacobinos. Mas para el funcionalismo antiteleológico de las derechas y las izquierdas semejante verdad se llama «abstracta». La lucha de Péguy por la verdad en el «affaire Dreyfus», (1) una lucha contra la instrumentalización de la verdad, puesta al servicio de la conservación o de la destrucción del orden establecido. Por eso escribió: «Donde comienza el affaire Dreyfus, termina la política, y donde comienza la política, llega a su fin el affaire Dreyfus». La verdad es un fin en sí, y toda política que no sea nihilista debe en definitiva subordinarse a fines no políticos.
Por cierto, las posiciones de las izquierdas y de las derechas son, en cuanto cosmovisiones, posiciones abstractas. La política será siempre un ámbito de conflictos y por eso habrá siempre una mentalidad y una política de izquierdas y de derechas. En una situación dada puede subrayarse con más énfasis ora los derechos del hombre, ora la «raison» de Estado, el único que puede garantizar esos derechos. Como cualquier orden establecido encierra un desequilibrio en la división de cargas y compensaciones, habrá siempre personas que estén interesadas en primera línea en aumentar las oportunidades y las libertades de grupos determinados y, por otra parte, personas que en primera línea no quieran arriesgar un nivel logrado de libertad y derechos civiles. Y es también natural que la perspectiva de quienes están mejor situados sea distinta de la perspectiva de quienes no estén en situación de privilegio. Todo esto es normal.
*
- omne agens agit propter finem: "Todo agente actúa con miras a un fin"
- omne ens est propter suam propriam operationem: "todo ente, todo lo que existe, está esencialmente ordenado a las operaciones que le son propias".
- conatus sese conservandi est essentia rerum: "la lucha por la conservación es la esencia de las cosas"
(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Caso_Dreyfus
Texto completo en: http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/2196/1/05.%20R.%20SPAEMANN,%20Sobre%20la%20ontolog%C3%ADa%20de%20%C2%ABderechas%C2%BB%20e%20%C2%ABizquierdas%C2%BB.pdf
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