Primer fragmento de la Conferencia titulada Lo ritual y lo moral, presentada en las XL Reuniones Filosóficas, que bajo el título De la ley a la virtud. Proyecciones de la filosofía moral de Cicerón en el pensamiento europeo * tuvieron lugar en Pamplona los días 2, 3 y 4 de mayo de 2001. Publicado en Anuario Filosófico de la Universidad de Navarra, volumen 34, número 3 (2001), páginas 655 a 672.
Relación con el mundo vital
Toda regulación originaria y arcaica de la actuación humana es ritual; y ello de forma doble: como ritualización de la conducta cotidiana y como celebración autónoma de ritos sacrales. Por práctica cotidiana ritualizada entiendo una acción cuyas formas estereotipadas ni pueden ser derivadas completamente de las finalidades de la Lebenswelt (mundo vital), a las que sirve esta actuación, ni de una necesidad de expresión biológica inmediata. La acción ritual persigue objetivos cotidianos, pero los persigue dando rodeos, de forma que lo ritual retrasa la consecución de estos objetivos.
Parece contradecir así el principio de economía de la eficiencia máxima con el menor esfuerzo. Está, por así decir, "sobredeterminado". Su configuración es autónoma en relación con las finalidades prácticas que persigue. A través de esta configuración se convierte a la vez en portadora de significados que la insertan dentro de contextos vitales sociales, cósmicos o religiosos. La acción ritualizada es una especie de lenguaje. A menudo es acompañada además por un hablar ritual, que arranca al lenguaje de sus coordenadas funcionales cotidianas de información, conversación, etc. (Sin embargo, esto ya es una visión moderna de las cosas. La funcionalización profana del lenguaje es históricamente más tardía, el hablar ritualizado es anterior).
El hablar ritual es el paradigma del hablar performativo, es decir, aquel hablar en el que coinciden la intención y el significado: crea la realidad que nombra. Se puede poner el ejemplo de la promesa. "Yo prometo" no es como "yo veo", una afirmación que puede ser verdadera o falsa. El que dice "prometo" promete justamente por el hecho de que lo dice. Crea una realidad, a saber, el derecho legítimo de otra persona a que el que promete cumpla lo que haya prometido. De modo similar dice Tomás de Aquino de los sacramentos que son signa quae efficiunt quod significant ***. La promesa puede ser corroborada además por un juramento. Este ritual adicional expresa todavía más enfáticamente el carácter fundacional; ancla la fundación en la esfera de lo sagrado. La promesa corroborada por el juramento es, por así decir, el eslabón entre los dos modos de lo ritual. De modo significativo en la Iglesia católica la promesa matrimonial se considera sacramento, y, no sólo una simple bendición que arrebata la Lebenswelt (mundo vital) a la contingencia radical y profana, sino como transubstanciación de una relación terrenal en un lugar destacado de la presencia de lo divino, es decir, de la salvación. El núcleo de este sacramento no es el ritual de la bendición de los esposos por el sacerdote, sino la promesa misma en su forma ritual y confirmada por testigos.
*Texto completo en https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/788/4/2.%20LO%20RITUAL%20Y%20LO%20MORAL%2C%20ROBERT%20SPAEMANN.pdf
**El análisis de las relaciones entre la moral y los rituales muestra cómo la moral no es incondicional. La ética se refiere a un ethos que tiene una continuidad con su origen ritual y, al mismo tiempo, la ética se expresa en los rituales que constituyen el mundo vital. ("El concepto de Lebenswelt traducido como 'mundo de la vida' fue creado por Edmund Husserl como parte de su fenomenología, y se refiere a todos los actos culturales, sociales e individuales que nuestra "vida" no puede sobrepasar" Referencia: https://es.wikipedia.org/wiki/Lebenswelt).
***Signa quae efficiunt quod significant: Signos que efectúan lo que significan
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