sábado, 19 de agosto de 2017

El Derecho sobre la Naturaleza

Del libro de Robert Spaemann LO NATURAL Y LO RACIONAL. ENSAYOS DE ANTROPOLOGÍA. Título original: Das Natürliche und das Vernünftige. Aufsatze zur Anthropologie, Piper, München-Zürich, 1987. Traducción: Daniel Innerarity y Javier Olmo. Cuarto ensayo: Lo natural y lo racional.

Simulación de un orden real de la razón

Por lo que se refiere a la razón práctica, Kant opinaba que lo racional y lo natural no se han de distinguir en absoluto en su contenido, a saber, como realización de la constitución republicana perfecta y de la paz perpetua. El egoísmo ilustrado -una "sociedad de demonios"- llegará a la misma constitución racional del Estado y al mismo orden del derecho internacional que la razón pura práctica. Pues "la naturaleza quiere irresistiblemente que el derecho detente, por fin, el poder supremo" ("Zum Ewigen Friede", B, 63).

Ciertamente, la naturaleza logra este fin sobre un antagonismo de intereses que finalmente se neutralizan ellos mismos. La racionalidad práctica, es decir, la superación interior de la natural curvatio in seipsum, se ha de pensar primero como algo que sigue a la superación real de antagonismos ya acontecida, pero no se ha de deducir nunca de ésta. También en un orden de bien común real es posible una conducta parasitaria. Y ésta no sería, sin más, antinatural. Hoy sabemos que en las poblaciones animales el equilibrio de fuerzas posibilita la conducta parasitaria y la neutraliza en el efecto final.

El hecho de que el individuo admita inmediatamente lo general en su propio interés sólo corresponde al concepto de razón, y convierte al individuo en un ser digno de respeto incondicionado, oponiéndose a que se le utilice como medio para un fin más amplio y se pase por alto su autodeterminación. Por eso el individuo es real en sentido enfático, porque para él es real todo lo demás. Ya no es el centro de sí mismo en relación con el cual todo lo demás es de menor realidad, es decir, entorno. Esto hace que él sea entorno para lo otro.

La realización de este estado de cosas no puede ser a su vez simulada. La "sociedad de demonios" * de Kant simula un orden real de la razón. Un sistema con capacidad de aprendizaje puede tomar en cuenta las relaciones de los sistemas que forman su entorno. Puede tratar de presentárselos bajo un aspecto favorable. Y un ser meramente natural puede desarrollar una inclinación emocional, puede, por así decir, ensanchar su identidad y recibir simpatéticamente lo otro como parte de sí mismo.

*“El problema del establecimiento del Estado tiene solución, incluso para un pueblo de demonios, con tal de que tengan entendimiento” (Kant en La paz perpetua). Extraído de http://tratarde.org/incluso-para-un-pueblo-de-demonios/
**Énfasis: Fuerza de expresión o de entonación con que se quiere realzar la importancia de lo que se dice o se lee.

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