domingo, 14 de enero de 2018

El atractivo de la belleza

Décimo fragmento de la conferencia de Robert Spaemann¿Qué significa el arte imita la naturaleza? recogido de dspace.unav.es/bitstream/10171/8633/1/REV_2_04.pdf

Utilidad estética

En la Europa prehistórica es la decoración que adorna las vasijas de cerámica y hace que sobresalgan de este modo como cosas autónomas. Tal como los hombres se adornan y se pintan en las culturas arcaicas, se convierten en "alguien" dentro del mundo social…

(continuación)


Cuando los hombres sobredeterminan de tal manera sus objetos de uso que no solamente se usan, sino que se contemplan por su belleza, entonces imitan así nuevamente la naturaleza, pero no la natura naturata sino la natura naturans *. Los animales no adornan sus productos. Estos sólo sirven para su uso. Además, no deben mostrar para qué sirven y de ninguna manera deben mostrar algo más allá de aquello para lo que son; para el uso. Más allá del uso no son nada. Pero los animales mismos, sobre todo los machos, están adornados por naturaleza. El adorno sirve, como sabemos para mejorar las probabilidades de procreación.

Sin embargo, el zoólogo basiliense Adolf Portmann ha mostrado en unos análisis minuciosos que el refinado diseño de la superficie de los peces, pájaros y reptiles va mucho más allá de aquello que se puede explicar funcionalmente por las ventajas de la selección. Para poder conseguir, por ejemplo, diseños circulares sobre las alas de pájaros es necesaria una coordinación precisa del coloreado de cada pluma particular con el coloreado de la siguiente, y eso de tal manera que el resultado dé luego la forma circular. Los diversos pasos intermedios de la evolución en esta dirección no habrían supuesto ninguna ventaja respecto de la selección.

El funcionalismo reduccionista argumenta aquí sencillamente de modo circular. Llama la atención sobre el hecho de que las hembras recompensan la suntuosidad del dibujo de los machos a través de su entrega. E intenta demostrar que la suntuosidad del dibujo se relaciona con las ventajas biológicas de los machos correspondientes. Pero ¿qué se demuestra con ello? ¿Por qué este desvío complicado y cifrado para poner de relieve las ventajas biológicas? Pues la relación entre las ventajas y esta forma de su representación es completamente contingente; es de naturaleza puramente simbólica y no económica.

Pero los favores concedidos por las hembras son comparables a la preferencia que al comprar una vajilla damos al diseño y al dibujo particularmente hermoso. Puede ser que las empresas que fabrican vajillas particularmente hermosas sean empresas particularmente buenas cuyos productos poseen también un valor de uso particularmente elevado. Pero si al comprador sólo le importara eso, la empresa podría hacer ver estas ventajas de modo más sencillo y sin unos esfuerzos estéticos particulares. Y si las hembras no tuvieran un sentido de la belleza, la naturaleza no tendría que representar la fuerza vital a través de la belleza. Pianistas brillantes poseen, se dice, un atractivo especial sobre las mujeres. ¿Pero consideraríamos por esta razón que la esencia de la música pianística es una función de esta ventaja?

Cuando Adolf Portmann habla de una tendencia a la representación, a la autorrepresentación de todo lo vivo, se aleja menos de Darwin de lo que uno pensaría. Pues el mismo Darwin consideró imposible una explicación darwinista de lo bello en la naturaleza. Él consideró que la belleza era un a priori y, por consiguiente, que el sentido de la belleza posee una función dentro de la evolución, pero su origen es tan escasamente deducible de la evolución como las leyes de la geometría. Las abejas, al construir panales hexagonales, echan mano de las propiedades geométricas del hexágono, pero no son ellas las que generan estas leyes.

Para Darwin el estatuto de la belleza es similar. Precisamente la belleza sin finalidad de los ornamentos naturales es la que hace plausible el discurso sobre una natura naturans. No son los productos hechos por los animales los que están sobredeterminados a través de criterios de belleza, sino los mismos animales, al igual que las plantas. La configuración de productos animales puede reducirse casi siempre a la utilidad y, si nos parecen bellos, esta belleza sólo es el valor subjetivo de un fenómeno al que no corresponde objetivamente ninguna calidad que se añadiría a aquélla que puede explicarse funcionalmente.

*Expresión latina que tiene su raíz en textos neoplatónicos de Proclo, pero que a partir de Averroes será generalmente usada por la escolástica del siglo XIII y finalmente será más conocida por el uso que le dio Spinoza, aunque también es una concepción central en la filosofía de Juan Escoto Eriugena. La natura naturans se interpreta como Dios creador, mientras que la natura naturata se refiere al ser creado. Aunque los escolásticos consideran que estos términos designan realidades externas entre sí, a partir del uso que hacen de estos términos algunos místicos y filósofos renacentistas, como el Maestro Eckhart, Nicolás de Cusa o Giordano Bruno, tienden a interpretarse desde una concepción panteísta. Así, la natura naturans sería la fuerza creadora, y la natura naturata sería entendida como otro aspecto de esta misma fuerza.
Spinoza usa estas expresiones en un sentido parecido. Para él la natura naturans es la sustancia infinita, es decir, lo que es en sí y se concibe por sí: Deus sive natura o principio creador; la natura naturata es todo lo que se sigue de la naturaleza de Dios, es decir, todos los modos de los atributos de Dios. De esta manera la natura naturata se halla en la natura naturans. Schelling usó estas expresiones para distinguir la filosofía de la naturaleza (natura naturans) de las ciencias naturales que estudian la natura naturata.
encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Natura_naturans,_natura_naturata

Definición de Spinoza: "Por Natura naturans debemos entender aquello que es en sí y se concibe por sí, o sea, aquellos atributos de la substancia que expresan una esencia eterna e infinita, esto es, Dios [...] Por Natura naturata, en cambio, entiendo aquello que se sigue de la necesidad de la naturaleza de Dios, o sea, de la de cada uno de los atributos de Dios, esto es, todos los modos de los atributos de Dios, en cuanto se los considera como cosas que son en Dios y que sin Dios no pueden ni ser, ni concebirse."
alucero-montano.blogspot.com.es/2012/06/spinozianas-natura-naturans-y-natura.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario