Extracto de una entrevista Marcela García y Manfred Svensson a Robert Spaemann * publicada en la revista Nuestro Tiempo
"Jean-Paul Sartre escribió una vez, en sus Cahiers pour une
morale, que un ateo necesariamente debe ser un consecuencialista, es decir, que
debe asumir esta idea de una responsabilidad total, ya que, si no es él,
tampoco hay otro que sea responsable por el mundo como un todo."
"¿Pero por qué escuchar entonces al que no es creyente?
La suya también es una determinada visión del mundo. Jean-Paul Sartre vio eso
con mucha claridad. Cierta vez dijo que no querer ensuciarse las manos
moralmente (pues afirmaba que debemos estar preparados incluso a cometer
crímenes para buscar lo mejor) en realidad es ser un egoísta, alguien que sólo
busca conservar su propia pureza. Salvo, dice Sartre, que se trate de un
creyente. En ese caso es posible que la motivación no sea egoísta, sino que
alguien decida no hacer algo por honrar a Dios, ya que Dios ha prohibido dicha
acción. Con esto Sartre en el fondo está diciendo que necesitamos una
motivación religiosa para realizar lo racional."
* Nuestro
tiempo. Números 613-614. julio-agosto 2005. Páginas 26 a 39
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