Fragmento de un texto de Robert Spaemann titulado El sentido del sufrimiento. Distintas actitudes ante el dolor humano (Über den Sinn des Leidens) que forma parte del libro Einsprüche, christliche Reden publicado por Einsiedeln en 1977
Materialismo: la apuesta
por la praxis
Hay dos maneras de
dificultar una respuesta a la pregunta sobre el sentido del sufrimiento. Una de
ellas es el naturalismo o materialismo, cuya postura se fundamenta en que el
sentido está ligado al obrar del hombre, fuera del cual no existe ningún
sentido. El sentido termina allí donde la praxis llega a su término, allí donde
tropieza con la invencible naturaleza. El sufrimiento no es un sin-sentido,
pues la naturaleza -que no es ni buena ni mala- no guarda absolutamente ninguna
relación con el sentido, sino que es el reino de la necesidad. Lo necesario es
aquello que no se puede cambiar. Ante ello es absurdo (sin-sentido) preguntar
por un sentido.
Algo semejante ocurre con
la pregunta sobre Dios. Existe una tendencia en la teología contemporánea a
unir el discurso sobre Dios exclusivamente con la praxis. Esa teología no tiene
en el fondo nada que decir a quien no tiene capacidad de obrar, a quien sólo
padece y cuyo obrar podría consistir, en todo caso, en transformar ese
sufrimiento en una relación con Dios, es decir, en oración. Detrás de lo que
decimos está la máxima de evitar incondicionalmente el sufrimiento.
También la reflexión sobre
la muerte podría convertirse en algo del mismo tipo, pues la muerte ya no es
sufrimiento. En este caso, la eutanasia sería lo más adecuado, aunque no fuese
desde luego una solución satisfactoria, ya que con ella no se suprime el miedo
del hombre ante la muerte. (Para quien es consciente de que en cualquier
momento se le puede poner una inyección letal, la muerte repercute en la vida
que todavía se posee: pensar en ella provoca un sentimiento de infelicidad.)
Texto completo: www.aciprensa.com/recursos/el-sentido-del-sufrimiento-406/
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