domingo, 18 de octubre de 2015

Rasgos del carácter (1)

Mi conocimiento del autor se ciñe a los escritos y entrevistas que he leído. A pesar de estas limitaciones he trazado unos rasgos que, intuyo, acompañan a su personalidad y vale la pena resaltar:

a) Atención al legado
En sus escritos abundan citas de lo expresado por otros filósofos e intelectuales. Al comentarlas supera el ámbito de la erudición. Son aportaciones reflexionadas que le sirven de soporte para hacer sus propuestas.

b) Trabajo paciente
No hay prisa para elaborar las propuestas. Cada una es fruto de plantear la cuestión, consultar el legado, reflexionar a partir de los datos disponibles y hacer una valoración argumentada antes de emitir un juicio.

c) Apertura a nuevos planteamientos
Es consciente que cada propuesta es fruto de un momento determinado. La reflexión filosófica no se detiene nunca y hay que tener en cuenta las novedades que aportan los acontecimientos.

d) Desconfianza de la notoriedad
A pesar de las distinciones y reconocimientos que ha recibido, desconfía de la notoriedad (1). El filósofo corre el peligro de condicionar su discurso por el temor a decepcionar a sus seguidores. Además, la tarea del filósofo incomoda a quien detenta el poder, porque siguen dinámicas distintas y trabajan en estadios diferentes. Quien ejerce el poder ha de tomar decisiones en un tiempo determinado mientras que la reflexión filosófica no está condicionada temporalmente.

e) Reflexión libre
Considera que, desde la reflexión filosófica, es posible defender legítimamente posturas diferentes o incluso antagónicas (2). Al filósofo le corresponde argumentarlas y al receptor valorar la solidez de los argumentos.

(1) “El filósofo no debe con ello correr el peligro de sacrificar su ensimismamiento. El éxito sólo puede venir despertando ensimismamientos” (Robert Spaemann. Una crítica a la indiferencia ante la vida. Entrevista de Christian Geyer y Carlos Gebauer para Die Welt. Recogida por Nuestro Tiempo nº 407, Pamplona, maig 1988).
(2) Robert Spaemann. Para qué sirven los filósofos. Discurso pronunciado al recibir el Premio Roncesvalles de la Universidad de Navarra. Recogido en Nuestro Tiempo nº 564, Pamplona, Junio 2001.

Continúa en la siguiente entrada

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