miércoles, 30 de diciembre de 2015

Bibliografía consultada para realizar el estudio

Documentación de Robert Spaemann

Libros:
1) Robert Spaemann. Etica cuestiones fundamentales. Eunsa, Pamplona, 1998.
2) Robert Spaemann. Lo natural y lo racional. Ensayos de antropología. Rialp, Madrid, 1989. Se utilizó una copia electrónica de la traducción facilitada por el profesor Daniel Innerarity.
3) Robert Spaemann. Felicidad y benevolencia. Rialp, Madrid, 1991.
4) Robert Spaemann. Personas. Acerca de la distinción entre “algo” y “alguien”.
Eunsa, Pamplona, 2000.
5) Robert Spaemann. Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar. Eiunsa,
Madrid, 2003.

Artículos:
1) Robert Spaemann. La ética como doctrina de la vida lograda respuesta a
“Cómo se debe vivir?”. Publicado en Revista Atlántida nº 3. Recogido de
www.temas.cl
2) Robert Spaemann. El sentido del sufrimiento. Distintas actitudes ante el dolor humano. Publicado en Revista Atlántida nº 15. Recogido en Humanitas nº 37 (enero-marzo 2005) www.humanitas.cl
3) Robert Spaemann. ¿Qué es fundamentalismo? Publicado en Revista Atlántida Junio 1992. Recogido de www.ideasapiens.com Septiembre 2001.
4) Robert Spaemann. Una ética contra la ciencia ficción. Discurso de Laudatio con motivo de la concesión del Premio de la paz de los editores alemanes a Hans Jonas. Publicado en la revista Nuestro Tiempo nº 407, Pamplona, mayo 1988.
5) Robert Spaemann. ¿Hay que seguir siempre la conciencia? Publicado en
Humanitas nº 11 www.humanitas.cl
6) Robert Spaemann. ¿Son todos los hombres personas? Publicado en www.almudi.org
7) Robert Spaemann. La perversa teoría del fin bueno. Publicado en Frankfurter Allgemeine Zeitung (Bilder un Zeiten) el 23/10/1999. Recogido por www.arvo.net
8) Robert Spaemann. Engendrado, no hecho. Título original Ethik. Gezeugt, nich gemacht. Publicado en Die Zeit, abril 2001. Recogido por www.bioeticaweb.com
9) Robert Spaemann. ¿Son todos los hombres personas? Publicado con el título Sind alle Menschen Personen? en la revista Communio, 1990, pgs. 108-114.
Se utilizó copia electrónica de la traducción facilitada por José María Barrio Maestre.

Discursos:
1) Robert Spaemann. Universalismo o Eurocentrismo. La universalidad de los derechos humanos. Conferència pronunciada en los Encuentros de Castel Gandolfo y publicada en la revista Merkur. Deutsche Zeitschrift für europäisches Denken, agost de 1988, pp. 706-712. Se utilizó copia electrónica de la traducción facilitada por Daniel Innerarity.
2) Robert Spaemann. Para qué sirven los filósofos. Discurso pronunciado al recibir el Premio Roncesvalles de la Universidad de Navarra. Recogido en la revista Nuestro Tiempo nº 564, Pamplona, Junio 2001.
3) Robert Spaemann. Civilización global y derechos del hombre. Discurso en el acto de ser recibido como a Miembro Honorario de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile, publicado en Humanitas nº 13 www.humanitas.cl

Entrevistas publicadas:
1) Robert Spaemann. Una crítica a la indiferencia ante la vida. Entrevista de Christian Geyer i Carlos Gebauer para el periódico Die Welt. Recogida por la revista Nuestro Tiempo nº 407, Pamplona, mayo 1988.
2) Robert Spaemann. La resaca del relativismo. Entrevista realizada per Jaime Antunez Aldunate pera el suplemento Artes y Letras de El Mercurio, Santiago de Chile. Recogido por Aceprensa, Madrid, servicio 149/93 del 17/11/93. El entrevistador ha recogido esta entrevista en el libro En busca del tiempo perdido. Ediciones Universidad de Chile.
3) Robert Spaemann. Dios, la libertad, la realidad. Entrevista de Wolfgang Küpper emitida por el canal de radio alemán Alpha (Der Bildungskanal des Bayerische Rundfunks) el 22/12/2000. Recogido por www.fluvium.org
4) Robert Spaemann. Entrevista de Günter Müchler emitida el 21/10/2001 en el programa de radio Interview der Woche del canal alemany Deutschlandfunk. Se utilizó copia electrónica de la traducción facilitada por José María Barrio Maestre.

Documentos sobre otras teorías éticas

Libros:
1) Alasdair MacIntyre (1991). Tres versiones rivales de la ética. Rialp, Madrid, 1996.

Artículos:
1) Carlos I. Massini Correas. Iusnaturalismo, Liberalismo y Comunitarismo.
publicado en Humanitas nº 18 www.humanitas.cl
2) Jaqueline Jongitud Zamora. Teorías éticas contemporáneas, publicado en
www.filosofiayderecho.com , nº 5-01/02.

Documentos que analizan la obra de Robert Spaemann:

1) Misericòrdia Anglès Cervelló (professora Universitat de Barcelona). La noción de benevolencia en Robert Spaemann. Comunicación para el Congresso Tomista Internazionale. L’umanesimo cristiano nel III millenio: Prospettiva di Tomaso d’Aquino, Roma, 21 a 25/9/2003. Se puede encontrar en e-aquinas.net/pdf/angles.pdf Se utilizó documento electrónico facilitado por la autora a través del tutor del estudio.
2) Ana Marta González (profesora del departamento de Filosofia Teorètica de la Universidad de Navarra). Naturaleza y dignidad personal desde el pensamiento de R. Spaemann. Publicat a www.arvo.net
3) José Luis del Barco (profesor de la Universidad de Màlaga). Estudio introductorio de la obra Felicidad y benevolencia. Rialp, Madrid, 1991.
4) José Luis del Barco (profesor de la Universidad de Màlaga). Teoría práctica de la persona. Introducción a Personas. Acerca de la distinción entre “algo” y “alguien”. Eunsa, Pamplona, 2000.
5) Juan Cruz Cruz. Lucidez en el análisis, valentía en las propuestas. Discurso de Laudatio en la entrega a R. Spaemann del Premio Roncesvalles. Publicado en
Nuestro Tiempo nº 564, Pamplona, junio 2001.
6) Juan Eduardo de Puelles López, Felicidad y Benevolencia de Robert Spaemann. Publicado en www.jpuelleslopez.com

martes, 29 de diciembre de 2015

Conclusiones del estudio (y 9)

De todas las valoraciones a las que he tenido acceso, la que me ha parecido más acertada ha sido la que hace Misericòrdia Anglès (1) cuando dice que su forma de repensar concepciones clásicas y centrales en la ética, entrando en diálogo con posiciones contemporáneas y reflexionando sobre las cuestiones éticas en el momento actual; no es una ética nueva, pero si una ética que tiene en cuenta la situación del ser humano contemporáneo... y al hablar de benevolencia pone de manifiesto su punto de partida teleologista propio de una ética de raíz aristotélica enriquecida por la filosofía cristiana.

En este sentido, pero en un tono laudatorio, expresa Juan Cruz (2) cuando dice que Spaemann se siente tributario de la tradición de pensamiento que arranca de Atenas y Jesusalén, línea que ha renovado y enriquecido.

El trabajo presentado se ha ido orientando a medida que se iban llenando hojas. La unidad con la que Spaemann expresa su pensamiento hace que todos los textos, al menos los que he utilizado, estén relacionados de alguna manera, aportando matices sobre conceptos tratados en algún epígrafe anterior. Ante esto, me he planteado a menudo si convenía incorporarlos al texto. Una vez terminado queda la sensación de que aún quedan muchas cosas en el tintero, pero había llegado el momento de dejarlo.

(1) Misericòrdia Anglès. La noción de benevolencia en Robert Spaemann. “Aunque Spaemann manifiesta que no piensa decir nada radicalmente nuevo, su forma de repensar concepciones ya clásicas y centrales en la ética, entrando en diálogo con posiciones contemporáneas y reflexionando acerca de las cuestiones éticas en el momento actual, nos aporta no una ética nueva, pero si una ética que tiene en cuenta la situación del ser humano contemporáneo. Para ello vuelve sobre las grandes nociones de la ética teleológica aristotélico-tomista, teniendo presente numerosos autores y corrientes de la ética moderna y contemporánea. Con ello hace frente a nuevos retos ya que su forma de repensar lo clásico infunde vitalidad a nociones antiguas. Así, desarrolla y defiende una ética de la felicidad y de la vida lograda, no sólo desde la filosofía aristotélica, sino también desde el cristianismo.
…siguiendo a Tomás de Aquino, recalca que la virtud, no es lo prioritario en ética, sino la vida lograda. La virtud no es un fin en sí misma, su valor está en ser el medio de la vida lograda. Utilizando una frase de La ciudad de Dios de san Agustín (las virtudes son ‘testigos de nuestra desventura’ -De Civitate Dei, XIX, 4-) muestra este carácter de falta de completud de la virtud. Por otra parte, haciendo una lectura del capítulo 48 del tercer libro de la Summa contra gentiles, en la que santo Tomás defiende que la felicidad última del hombre no está en esta vida, Spaemann distingue entre la “felicidad absoluta” y la “felicidad modo humano”. La limitación propia del modo humano, no obstante ser una limitación, por ello mismo supone la apertura al ‘modus divinus’ que nos permite ir más allá de la muerte. Así, no se puede realizar de forma perfecta la felicidad terrena, ésta precisa de la esperanza y de la paciencia, que permiten situar la felicidad en un horizonte de trascendencia desconocido por los filósofos que tienen como ideal alguna forma de felicidad terrena perfecta.”

(2) Juan Cruz Cruz. Lucidez en el análisis, valentía en las propuestas. “El profesor Spaemann se reconoce tributario de la tradición de pensamiento que arranca de Atenas y Jerusalén, línea que él ha sabido renovar y enriquecer… Lo que ha interesado siempre y de modo apasionado a nuestro filósofo no es, como a tantos intelectuales de nuestro tiempo, la mera originalidad, sino la verdad. Pero se da entonces la paradoja de que ese denodado esfuerzo por arrancar nuevos matices a la verdad acaba dando lugar a un pensamiento sumamente original y, por verdadero, imperecedero, mientras que los vientos cambiantes de las modas se llevan sin dejar rastro tantas construcciones ideológicas brillantes pero huecas.”

lunes, 28 de diciembre de 2015

Conclusiones del estudio (8)

Buscando una similitud con el pensamiento de Spaemann se han analizado otras corrientes, como el comunitarismo y el personalismo.

Massini Correas
Según Massini Correas (1), el comunitarismo, en el que también se incluye MacIntyre, surge como reacción al liberalismo deontológico, que tiene como figura destacada John Rawls, de lo que afirma que utiliza un concepto inadecuado de sujeto, al considerarlo aislado de sus condicionamientos sociales y culturales y independientes de sus bienes propios. 

Hasta aquí se podría encontrar un vínculo, pero, donde se manifiesta, según mi criterio, un claro distanciamiento es en el comentario que hace el mismo autor más adelante cuando indica que una de las características del comunitarismo es su decidido antiuniversalismo, que le lleva a negar la existencia de un derecho natural y los consiguientes derechos naturales.

Respecto del personalismo, (2) coincide con la visión trascendente que es expresión de la sacralidad de la vida, pero éste define la persona más bien como una actitud que se sobrepone a la naturaleza humana y confiere grados en la personalidad, cuando para Spaemann lo que es característico de la persona es ser alguien, distinto de cualquier otro individuo de su especie; no hay niveles de personalidad.

Cuando Mounier afirma en El personalismo que la persona no crece más que purificándose del individuo que hay en ella, el concepto persona se aproxima a lo que Spaemann entiende por dignidad. Puede parecer que se trata de un matiz en el que no hay que dar demasiada importancia, pero, si se siguen las formulaciones de Spaemann respecto de la persona se comprobará que es extremadamente importante para él demostrar que todos los seres humanos desde el momento en que son concebidos son personas, sin que esta afirmación admita matizaciones. (3)

(1) “Esta nueva y extremada versión de la ideología liberal, llamada comúnmente liberalismo deontológico, por la primacía que establece de los derechos y sus principios fundantes sobre los bienes u objetivos humanos, ha sido en los últimos años objeto de una severa crítica en su mismo lugar de origen: los Estados Unidos de Norteamérica. Allí ha surgido una corriente de pensamiento llamada comúnmente comunitarismo, que incluye a pensadores de diversos orígenes filosóficos: Alasdair Mac Intyre es aristotélico; Charles Taylor un hegeliano singular; Mary Ann Glendon sigue a Tocqueville; Robert Bellah, Robert Nisbet, Michael Sandel, Michael Walter y varios otros se consideran pertenecientes a la tradición comunitario-republicana norteamericana. Pero a pesar de sus diversas raíces filosóficas, todos estos autores centran su crítica al liberalismo en determinados puntos comunes; ante todo, afirman que el liberalismo deontológico maneja un concepto inadecuado de sujeto, al considerarlo aislado de sus bienes propios (Ver M. Sandel. Liberalism and the Limits of Justice, Cambridge U.P., Cambridge, 1982)”. …“uno de los caracteres de la postura comunitarista es su decidido antiuniversalismo, que los lleva a negar la existencia de un derecho natural y de los consiguientes derechos naturales; esto se pone de manifiesto" especialmente en los escritos de Mac Intyre, quien escribe que "por derechos no me refiero a los derechos conferidos por la ley positiva o la costumbre a determinadas clases de personas; quiero decir aquellos derechos que se dicen pertenecientes al ser humano en cuanto tal (...); la verdad es aquí sencilla -concluye- no existen tales derechos y creer en ellos es como creer en brujas y unicornios” (A. Mac Intyre: Tras la virtud, Crítica, Barcelona, 1987, página 95). También Robert Nisbet es terminante en este sentido: "...no existen derechos de los hombres -afirma- que no procedan de la sociedad en la que los seres humanos viven" (R. A. Nisbet: The Quest for Community, Oxford U.P., London, 1981, pàgina 256). Y Lord Devlin sostiene expresamente que las normas de la moralidad propia de un pueblo deben ser defendidas a ultranza, cualquiera sea su contenido, aún cuando ellas establezcan v.gr. la poligamia (Veure P. Devlin, The Enforcement of Morals, Oxford U.P., London, 1965, pàgines 102-123). (Carlos I. Massini Correas. Iusnaturalismo, liberalismo y comunitarismo.)
(2) Ramon Alcoberro, analiza el personalismo en Filosofia i Pensament, E. Mounier (1905-1950) y el personalismo, www.alcoberro.info. Se destacan los siguientes fragmentos: “El hombre es “persona” en la medida en que no se esconde en la masa, ni se deja negar por la tecnología, ni cae en abstracciones conceptuales individualistas.” … “Contra el individualismo, propio de una sociedad despersonalizada, se reivindica que “Persona” es un ser concreto (que no subjetivo) y por ello relacional y comunicativo, es decir, “comunitario”. En el MANIFIESTO AL SERVICIO DEL PERSONALISMO, Mounier la define así: «Una persona es un ser espiritual constituido como tal por una manera de subsistencia e independencia de su ser; mantiene esta subsistencia por su adhesión a una jerarquía de valores libremente adoptados, asimilados y vividos por un compromiso responsable y una conversión constante: unifica así toda su actividad en la libertad y desarrolla por añadido a golpe de actos creadores la singularidad de su vocación».” …“Es en la comunidad, en la relación concreta de comunicación con los demás, donde realmente se constituye la persona. Para el personalismo, los dos conceptos básicos que dan unidad al pensamiento son Persona y Amor”. …“Persona y Amor deben ser considerados, pues, no desde el punto de vista simbólico, o como abstracciones conceptuales, sino como transcendentales y como expresión de la sacralidad de la vida; por eso mismo el personalismo tiene una profunda vocación pedagógica: se trata no sólo de amar, sino de educar para el amor y la trascendencia a una nueva humanidad: Educar no consiste en hacer –y hacernos– “mejores personas”, sino en “despertar” a la persona, pues como dice en EL PERSONALISMO: «Por definición, una persona se suscita por una llamada, no se fabrica por domesticación».”
(3) “Si la relación moral se da, en primer lugar y sobre todo, entre sujetos con autoconciencia, ¿qué se puede decir sobre los hombres que todavía no la poseen, que la han perdido ya o no la han tenido nunca? ¿Puede significar la palabra dignidad humana, aplicada a los hombres en cuestión, otra cosa que una expresión metafórica de la solidaridad derivada de pertenecer al mismo género biológico y para la que no puede haber un fundamento racional?
Para aclarar la insuperable conexión entre «naturaleza» humana y personalidad-, basta poner de manifiesto que no podemos verificar nunca de forma directamente empírica la personalidad o la relación consigo. Del «alma» personal hay exclusivamente representaciones empíricas, sobre todo el rostro humano y el lenguaje. Ambas representaciones simbólicas son esencialmente simulables. Y a la inversa; existen casos en que la representación simbólica no tiene lugar, sin que por ello nos veamos forzados a concluir que se trata de casos en que falta la autoconciencia. Los ejemplos más claros son los casos de afasia o de aquellas deformaciones del rostro que llegan a la desfiguración.
Sabemos que a cualquiera de nosotros puede sucedemos algo semejante, y que, incluso sin tales «señales», no podemos prescindir de ser reconocidos como personas. Tras este reconocimiento se halla un conocimiento fundamental, que Aristóteles formuló del modo siguiente: la esencia o la naturaleza de algo se puede comprobar en lo que se manifiesta en la mayoría de los casos. La naturaleza racional tiene la condición de realizarse, por lo común, como vida consciente de sí misma. La racionalidad es, por así decir, su «forma normal». Percibir un organismo vivo significa, percibirlo ideológicamente, es decir, contribuir a consumar su «tendencia». Sólo podemos contribuir a consumar la tendencia del organismo humano percibiéndolo como aquello que se logra a sí propio como vida consciente. Cualquier estancamiento empírico que se quede detrás de ese «hacerse real» es una zona oscura que no podemos interpretar adecuadamente. De ahí que también resulte imposible fijar temporalmente el comienzo de la personalidad en el desarrollo humano. Es propio de la esencia de la conciencia no poder recordar su comienzo.
Cuando decimos «yo nací tal día», «yo» no significa algo que comenzara cuando dijimos «yo», sino la vida humana, a la que nos referimos diciendo «yo» y que precede a toda posibilidad de decir «yo». Es propio de la esencia de la persona humana el fundarse en lo inmemorial. Por eso, el respeto hacia ella se puede expresar únicamente como respeto hacia todo lo que ha sido producido por el hombre.” (Spaemann, Felicidad y benevolencia, páginas 176 i 177)


domingo, 27 de diciembre de 2015

Conclusiones del estudio (7)

En el proyecto inicial tenía intención de exponer algunas teorías éticas contemporáneas desde la óptica de Spaemann. Al final sólo se trataron dos por las limitaciones de espacio y tiempo para su presentación. De todas formas, considero que son suficientes para dejar constancia de los contrastes con que se enfrenta el discurso ético.

En un esfuerzo por agrupar las teorías éticas contemporáneas, Jongitud (1) distingue dos posturas en la discusión ética actual: el substancialismo, que sostiene como tarea ética la búsqueda dentro de la praxis concreta de la racionalidad inmanente a la misma y presenta un marcado rechazo a la modernidad, considerando que hay que volver a etapas anteriores y a una razón sustantiva, y el procedimentalismo, que considera que la tarea ética consiste en descubrir los procedimientos legitimadores de las normas, que racionalmente estructurados permiten a los individuos distinguir qué normas son correctas y cuya función es actualizar el concepto de voluntad racional haciendo abstracción del mundo de la vida.
Puede encajar el pensamiento moral de Spaemann en alguna de estas posturas?

Si se hace caso a lo que afirma Puelles López (2) debería incluirse dentro del substancialismo. Esta idea puede verse reforzada cuando se contrastan sus planteamientos con los que hace Adela Cortina, (3) una de las representantes del procedimentalismo según Jongitud.

También inclinaría la balanza hacia ese lado comprobar las similitudes con
algunos de los planteamientos de Alasdair MacIntyre,  (4) conceptuado como neoaristotélico y incluido en la nómina de los substancialistas.

Aunque son evidentes las divergencias con los llamados procedimentalistas, entre otros motivos porque prescinden de algunos elementos de reflexión que Spaemann utiliza, no se le puede incluir como substancialista, a pesar del peso que tiene el legado aristotélico en sus planteamientos, porque, entre otros motivos, no pretende un retorno al pasado, sino dar respuesta a las inquietudes del ser humano de hoy en día.

Jongitud
(1) “Las teorías éticas son aquellas propuestas que pretenden dar razón de la forma de moralidad. Es por esto que puede entenderse que de aquí se excluyan todas aquellas corrientes que como el positivismo científico y el racionalismo crítico, niegan o rechazan cualquier intento de fundamentación de los juicios morales. … En el siglo XIX John Stuart Mill señalaba que desde los inicios de la filosofía la cuestión relativa a los fundamentos de la moral ha sido considerada como el problema prioritario del pensamiento especulativo y que este mismo ha dividido a las mentes en sectas y escuelas. En la actualidad la discusión ética parece centrarse fundamentalmente entre sustancialistas y procedimentalistas… En una caracterización inicial, podemos decir que mientras el procedimentalismo considera que la tarea ética estriba en descubrir los procedimientos legitimadores de las normas, el sustancialismo sostiene como tarea ética la búsqueda dentro de la praxis concreta de la racionalidad inmanente a la misma. En esta clasificación omniabarcante podemos incluir dentro de las propuestas procedimentaslistas a: Karl Otto Apel, Jürgen Habermas y Adela Cortina, todos ellos con propuestas inscritas dentro de la ética discursiva, Enrique Dussel defensor de una ética de la liberación que ha tenido sus mayores repercusiones en los países del Sur y John Rawls que se inscribe dentro del neocontractualismo; dentro de las teorías éticas sustancialistas pueden incluirse las propuestas de Charles Taylor – neohegelianismo-, Alasdair MacIntyre –neoaristotelismo- y Richard Rorty –neopragmatico-… Es evidente que por muchos esfuerzos que se realicen en esto de las clasificaciones comprensivas, éstas no dejan de ser arbitrarias y de generar injusticias en los tratamientos. El objetivo que se persigue es presentar las propuestas éticas actuales más representativas en cuanto a proyección y nivel de discusión, el alcance es solo clarificador acerca de cuáles son las ideas éticas que actualmente tienen mayor relevancia y que por tal suelen ser transportadas a otros ámbitos como el jurídico y político.” (Jacqueline Jongitud Zamora, Teorías éticas contemporáneas)
Puelles López
(2) “la teoría moral de Spaemann nos retrotrae a todas aquellas del pasado que, en vista de la ausencia de alternativas viables a la ideología dominante en un momento dado, abogaron por recurrir a estructuras ya periclitadas. Y las tendencias de este tipo suelen conducir, si se las acepta y se las asimila defectuosamente, a totalitarismos en el terreno político. Estos aparecen siempre que hay alguien que cree estar en posesión de la verdad y encuentra suficientes seguidores que le secunden” (J. Puelles López, Felicidad y benevolencia de Robert Spaemann.)
Adela Cortina
(3) Adela Cortina. Etica mínima. Introducción a la filosofía práctica. Tecnos, Madrid, 2000. En la página web http://kino.iteso.mx/~gerardpv/tesina/eticaminima-Adela.htm se hace un resumen de la obra del que se extrae lo siguiente para observar las divergencias con los planteamientos de Spaemann: “Las éticas de la benevolencia quiebran el “universalismo” de la justicia (p.13)” “Hoy, la antropología metafísica ya no es la clave del fundamento de la ética. Nuestra ética actual no es una ética de la perfección sino de la satisfacción, de la máxima satisfacción de los deseos, las necesidades, los intereses, las preferencias. Se considera que si «...cada hombre surge contingentemente por evolución no puede aducir razones absolutas para legitimar sus peticiones. Su derecho descansa en el hecho de tener aspiraciones e intereses» (p.48-49)” “Métodos de la ética… Inadecuados: A) Descriptivo-explicativo... porque no pueden trascender los hechos empíricos; B) Historia de la moral... porque el  origen y sentido de un concepto no justifica racionalmente su verdad; C) El lenguaje prescriptivo... porque tal lenguaje no es de la Ética, su lenguaje es normativo; D) El análisis del lenguaje... porque el análisis de proposiciones no puede caracterizar lo normativo, es necesario aclarar las expresiones en su contexto pragmático y trascender el ámbito semántico” “La voluntad de lograr certezas triunfa sobre la voluntad de resolver problemas y se excluye la discusión racional. Cuestionar todos los enunciados con argumentos racionales. Tiende a la verdad mediante ensayo y error sin pretender certezas.” “En la Ética ha sucedido lo mismo «…se busca seguridad en las valoraciones y normas» p.98. La búsqueda del fundamento último se para en la intuición, axiomatizando, utilizando como base la experiencia. ¿Resultado? Dogmatización” “La justificación de la forma moral no puede estar en la ‘naturaleza humana’ (estaría en el mismo nivel de facticidad que el punto de partida), es insuficiente, porque no da razón filosófica (suficiente).”
MacIntyre
(4) “El filósofo británico Alasdair MacIntyre en Tras la virtud (1981) presenta una propuesta ética sustancialista que es considerada junto con la de Charles Taylor como lo más representativo de esta corriente de pensamiento. … Para entender la situación en la que se encuentra el lenguaje moral, cree él necesario entender su historia, misma que debería escribirse en tres grandes etapas. La primera, es aquella en la que floreció el lenguaje moral, este florecimiento MacIntyre lo sitúa en las sociedades que encarnan el pensamiento del teísmo clásico y en particular en el pensamiento de Aristóteles y Santo Tomás, que de hecho son su principal marco teórico. La segunda etapa es aquella en la que el lenguaje moral sufrió la catástrofe, misma que desde su perspectiva fue ocasionada por la Ilustración. Finalmente, la tercera etapa es aquella en la que el lenguaje moral fue restaurado, aunque de una forma dañada y desordenada. …Tras esta imperfecta restauración no ha quedado lugar más que a un emotivismo que inunda todas las esferas de la vida. En realidad nuestro mundo es caótico y desordenado… La solución a este desorden iniciado por la Ilustración es intentar restaurar en la medida de lo posible la moral perdida.” (Jacqueline Jongitud Zamora, Teorías éticas contemporáneas).



sábado, 26 de diciembre de 2015

Conclusiones del estudio (6)

La ética de Spaemann se basa en la unidad del ser humano. Una de las manifestaciones es su constante labor argumentativa para romper las barreras que plantean los dualismos: ética-moral, deontología-teleología, convicción-responsabilidad, razón-vida.

Donde queda patente es en la unidad indisoluble entre antropología y ética que transmite su pensamiento. No se pueden entender sus planteamientos éticos si se desconoce qué entiende por ser humano, y tampoco se puede entender el valor que da a toda vida humana (todos los seres humanos son personas; todos los seres humanos tienen dignidad) sin ponerla en relación con su reflexión ética.

En consonancia con estas premisas, critica especialmente los planteamientos del
cientificismo, del utilitarismo, especialmente el consecuencialismo, y de la ética
discursiva.

La que hace globalmente al utilitarismo puede concretarse en el epígrafe de un artículo: una ética estratégica no es ética. (1)

En la crítica a los otros tres utiliza el término reconstrucción. En el caso del cientificismo, que hace una objetivización radical del mundo incluyendo, incluso, el ser humano como objeto de hipótesis (2), pretendiendo la reconstrucción científica de la vida consciente. (3) Del consecuencialismo afirma que es una reconstrucción de la intuición moral con ayuda de un modelo técnico de optimización, y de la ética discursiva dice que es una reconstrucción de lo que es ético con la ayuda del modelo los procesos de decisión democráticos. (4)

(1) Spaemann. La perversa teoría del fin bueno.
Hobbes
(2) “Entrevistador: ¿No podría tener su crítica de la indiferencia ante naturaleza y vida sus raíces en un conocimiento científico mal enfocado? Da que pensar cuando Thomas Hobbes escribe: « Reconocer una cosa significa saber que se puede hacer con ella cuando se tiene».
Respuesta: La frase caracteriza exactamente ese tipo de ciencia moderna que desde el principio ha sido un programa híbrido. Ella, precisamente, ha prescindido sistemáticamente de que los seres naturales tienen una constitución determinada propia, de que se juegan algo, circunstancia que el hombre debe respetar. En lugar de ello, no recelan de objetivar radicalmente la naturaleza, y esta objetivación no se ha detenido siquiera ante el sujeto de ese dominio: la persona. Cuando la persona se convierte, hasta en sus actos espirituales, experimentalmente en objeto de hipótesis biológicas, esto significa que su contaminación de individuo, de sujeto, se disuelve.” (Spaemann. Una crítica a la indeferencia ante la vida.)
(3) Spaemann, Una ética contra la ciencia ficción.
(4) Spaemann. Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar, pàgina 27.


jueves, 24 de diciembre de 2015

Conclusiones del estudio (5)

Al no poder llegar a todo lo que nos propone la benevolencia hay que seleccionar y establecer una jerarquía de actuación.

Como procede de un ser finito el orden establecido no es inmutable sino que hay que ajustarlo a las circunstancias de cada momento, pero sin perder de vista su razón de ser como aplicación de la benevolencia.

¿Qué pasa entonces con los que quedan pospuestos o excluidos del proceso de selección? La propia limitación del agente reclama la necesidad de ser perdonado por aquellos que, dentro de su orden, se presentan como menos reales para él.

Este perdón se podría asimilar a la comprensión y, de algún modo, acorta la distancia entre la universalidad de la benevolencia y la limitación del agente. Le hace sentir mejor, pero no debe ser motivo para cambiar de criterio si le falta.

Hasta aquí se ha expuesto, muy resumidamente, el contenido de la ética de la benevolencia, pero surge una pregunta inevitable: ¿qué le aporta todo esto al ser humano?

Se podría expresar de la siguiente manera: en la medida en que el ser humano ame con amor de benevolencia obtendrá la amistad con él mismo, la vida lograda, que es consecuencia de la convergencia entre las aspiraciones de felicidad y el ejercicio de la justicia; la armonía interna y externa; la plena realización como ser humano.

Es un planteamiento de vida asequible para todo ser humano, pero al mismo tiempo difícil, porque la disposición a despertar a la realidad nota la tirantez que lleva a la centralidad.


miércoles, 23 de diciembre de 2015

Conclusiones del estudio (4)

Ramoneda
Con motivo de la convocatoria de una carrera solidaria el filósofo y periodista Josep Ramoneda comentaba, en un artículo publicado en La Vanguardia hace varios años, que para mucha gente era atractivo expresar su solidaridad acudiendo a actos de estas características, pero no querían oír hablar de adoptar actitudes que supusieran un compromiso más firme. (1)

Pese a que puedan conmover o provocar admiración las muestras de servicio a los demás, sigue teniendo mucha fuerza en el interior de muchos seres humanos la identificación entre ser bueno y ser tonto.

Estas situaciones son un reflejo de la tensión que hay en el ser humano entre razón y vida (2). La reflexión que hace Spaemann le lleva a la benevolencia, que es el resultado inmediato de la percepción de la realidad como identidad (3) y esta percepción sólo puede entenderse como facultad moral a la que llega el ser humano cuando despierta a la realidad (4).

Este despertar significa salir de la centralidad de la propia vida, el horizonte marcado por el instinto de la naturaleza de su especie. (5)

La manifestación de la benevolencia es el descubrimiento de la propia realidad y la realidad del otro, y al estar insertada en lo más íntimo del ser humano precede y sustenta todo imperativo moral  (6).

Pero la benevolencia es un concepto universal, inconmensurable, que podríamos asimilar a un catálogo de buenas intenciones sin consecuencias prácticas, ya que sólo con buenas intenciones no se fríe un huevo.

Entonces es el turno del ordo amoris, que es la concreción práctica de la benevolencia como consecuencia de las limitaciones propias del ser humano.

Lipovetsky
(1) En el mismo sentido este texto de Lipovetsky: “Lo que está deslegitimizado no es el principio de la acción de ayuda, sino el vivir para el prójimo. El individualismo contemporáneo no es antinómico con la preocupación de beneficencia, lo es con el ideal de la entrega personal: se quiere ayudar a los otros pero sin comprometerse demasiado, sin dar demasiado de sí mismo. Sí a la generosidad pero a condición de que sea fácil y distante, que no esté acompañada de una renuncia mayor. Somos favorables a la idea de solidaridad si ésta no pesa demasiado directamente sobre nosotros… (Gilles Lipovetsky: El crepúsculo del deber. La ética indolora de los nuevos tiempos democráticos - Le crépuscle du devoir- ‘1992’ – Anagrama ‘2000’ – Colección: Argumentos número 148 – Traducción: Juana Bignozzi - IV. LAS METAMORFOSIS DE LA VIRTUD. EL ALTRUISMO INDOLORO. Una ética mínima)
(2) Tratado específicamente por Spaemann en Felicidad y benevolencia, páginas 133 y 145
(3) “…tanto en el sentido clásico como en el sentido habitual ser significa identidad (Selbstsein)” (Spaemann. Felicidad y benevolencia, pàgines 27 i 28).
(4) Spaemann. Felicidad y benevolencia, página 252.
(5) Spaemann. Felicidad y benevolencia, página 165.
(6) Spaemann. Felicidad y benevolencia, página 252.



martes, 22 de diciembre de 2015

Conclusiones del estudio (3)

Al iniciar el estudio planteaba dos hipótesis: la relación directa en Spaemann entre las propuestas éticas y la visión antropológica; y el arraigo de sus planteamientos éticos en la metafísica.

La primera de ellas se podría responder con el camino que lleva a la ética de la benevolencia, pero se hace referencia a ambas cuando el filósofo habla de lo que supone la benevolencia: la benevolencia supone dos cosas... constitución teleológica de un ser vivo al que le afectan las cosas... y percibir el ser, cuyo bien se ha de promover, como es en sí mismo. (1)

Tratándose, sin embargo, de las raíces metafísicas hay una afirmación contundente: no hay ética sin metafísica (2). Quiere decir esto que la metafísica precede la ética? Spaemann niega la relación de precedencia entre ambas. Como manifiesta Misericòrdia Anglès (3), el filósofo defiende la interdependencia entre ética y metafísica.

Aparte de la relaciones antropología-ética y metafísica-ética también es una constante en la reflexión de Spaemann buscar la superación de los dualismos que se presentan en el mundo de la ética.

Uno de estos dualismos, eudemonismo-universalismo, es el que inspira la ética de la benevolencia. Ser feliz y ser justo se presentan a menudo como actitudes incompatibles, porque se considera que al buscar una de ellas la otra queda anulada o dañada. Se hace difícil concebir el beneficio que se puede obtener al trabajar por el bien del otro. Y esto sucede en un entorno globalizado en el que a menudo se hacen llamadas a la solidaridad para atender las desgracias que ocurren en el mundo.

(1) Robert Spaemann. Felicidad y benevolencia, página 147
(2) Robert Spaemann. Felicidad y benevolencia, páginas 28 y 175
(3) “En cuanto a la relación entre ética y metafísica, es una constante en Spaemann defender su interdependencia. La ética no puede ni debe prescindir de la metafísica, por lo que critica a las posiciones que así lo hacen. Insiste desde distintos ángulos en que no es posible una ética sin metafísica. Ahora bien, con ello no mantiene ni que la ética preceda a la metafísica ni que la metafísica preceda a la ética. Spaemann se sitúa en un momento que precede a la separación entre filosofía teorética y práctica: “ontología y ética se constituyen uno acto en virtud de la intuición del ser –propio y de los demás- como identidad” (Spaemann, Felicidad y benevolencia, página 28). Para él ser significa ante todo ‘Selbstsein’ (traducido en la versión española como identidad).” (Misericòrdia Anglès Cervelló (profesora Universitat de Barcelona). La noción de benevolencia en Robert Spaemann. Comunicación para el Congresso Tomista Internazionale. L’umanesimo cristiano nel III millenio: Prospettiva di Tomaso d’Aquino, Roma, 21 a 25/9/2003. Se puede encontrar en e-aquinas.net/pdf/angles.pdf )

lunes, 21 de diciembre de 2015

Conclusiones del estudio (2)

El proyecto pretendía hacer el recorrido que sigue Spaemann para llegar a su referente ético. Sigue un camino que se puede expresar esquemáticamente de la siguiente manera:

Tema
Definición
Concepto clave
Características
Naturaleza
humana
Lo que es común a todos los seres humanos
Anticipación
Constitución teleológica
Persona
Lo que identifica a cada ser humano
Diferencia interna
Ser alguien
Dignidad
Tener valor en sí mismo
Autorelativización
Ser imagen de lo absoluto
Ética filosófica
Discurso sobre la vida buena y recta
Amistad con un mismo
Reflexión sobre lo que es bueno y malo
Benevolencia
Amar y amar al otro por si mismo
Despertar a la realidad
Precede y sustenta todo imperativo moral
Ordo amoris
Aplicación práctica de la benevolencia
Justicia
Establecimiento de un orden de prioridades
Perdón ontológico
Reparar las consecuencias de la limitación del agente
Comprensión
Motivo de agradecimiento del  agente, pero no es imprescindible para actuar.
 

Los temas del esquema forman un bloque que muestra la relación secuencial de conceptos antropológicos y éticos en los que se enmarcaría la llamada ética de la benevolencia

El desarrollo de este bloque de conceptos relacionados habría sido suficiente para poder ofrecer un trabajo bastante extenso y profundo, si el objetivo hubiera centrado exclusivamente en la ética de la benevolencia, pero tenía interés en mostrar una visión más amplia del autor, por este motivo se han expuesto sus planteamientos en otros temas relacionados con el mundo de la ética, con la intención de que, en definitiva, pueda ayudar a tener un conocimiento más profundo de su pensamiento.


domingo, 20 de diciembre de 2015

Conclusiones del estudio (1)

Como colofón a todo lo expuesto hasta ahora, transcribo a continuación las conclusiones del estudio que realicé en la presentación del trabajo de fin de carrera de Humanidades en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Una vez acabada esta parte continuaré exponiendo y comentando escritos de Robert Spaemann en este blog, aunque su publicación será más pausada de la que se ha venido realizando hasta el momento.

Consideraciones finales

Al someterme a un electrocardiograma vi, una vez realizada la prueba, la cara de extrañeza del médico al ver el resultado. Me observó y dijo a continuación: repetiremos la prueba. Comprobó que las ventosas quedaran bien fijadas y puso en marcha de nuevo el aparato. Después de leer el nuevo resultado exclamó: ¡esto ya me encaja más! Al ver mi cara de interrogación me dijo: el resultado anterior mostraba una situación cardiaca crítica y viéndote me he dicho: ¡no puede ser!

Muchas veces he pensado sobre esta vivencia. ¿Qué hubiera pasado si el especialista hubiera fiado de los primeros datos? Él intuyó que éstas no concordaban con lo que observaba al ver mi estado físico y tomó una decisión. No desconfiaba de la técnica, porque repitió la prueba con el mismo aparato, sino que antes de dar un diagnóstico los datos técnicos eran una herramienta más. Había que tener en cuenta también los síntomas que presentaba el paciente, conocer su historial y la aportación de la experiencia profesional.

El trabajo filosófico de Spaemann incorpora diferentes herramientas: conocimiento de las circunstancias que acompañan a las cuestiones, consulta con el legado de la historia del pensamiento, la intuición moral, la experiencia vital, la reflexión, la argumentación y el diálogo encaminado a responder acertadamente a la cuestión. Hay que añadir también que profundiza en las cuestiones sin perder de vista el conjunto: el análisis de un elemento tiene en cuenta la su función en el conjunto más complejo del que forma parte.

Juan Cruz Cruz
Juan Cruz (1) destaca que el hilo conductor de la reflexión ética de Spaemann ha sido la defensa de una normalidad básica (2), la de la condición humana, que caracteriza toda la vida social y que él entiende que se corresponde con lo que los griegos llamaban physis, lo natural. Esta normalidad es lo que hay común en los seres humanos de todas las épocas. De este modo, se pone de manifiesto la interrelación que existe en el pensamiento de este filósofo entre la reflexión ética y la visión antropológica.

(1) Juan Cruz Cruz. Lucidez en el análisis, valentía en las Propuestas. Juan Cruz Cruz. Lucidez en el análisis, valentía en las propuestas. Discurso de Laudatio en la entrega a R. Spaemann del Premio Roncesvalles. Publicado en la revista Nuestro Tiempo nº 564, Pamplona, junio 2001.

Louis de Bonald
(2)  “Hay una normalidad basal a cuya aprobación ha de someterse toda normalidad social, y considero que sigue siendo razonable emplear para ella la palabra que a tal fin introdujeron los griegos: physis, naturaleza, lo natural. Eso presupone sin duda un concepto teleológico de lo natural que permite distinguir lo natural de lo nativo, le natural de le natif. El bárbaro es un homme natif, Leibniz y Fénelon son hommes naturels, escribe de Bonald. Los prejuicios contra tal concepto de lo natural son grandes. Pero no podemos en modo alguno evitar darlo por supuesto constantemente. ¿Y de verdad es tan difícil entender lo que querían decir los griegos cuando afirmaban que es más acorde con la naturaleza del hombre, en cuanto ser político y racional, vivir en una ciudad de ciudadanos libres que bajo el régimen despótico de un gobernante extranjero? … Una vuelta a la normalidad, esto es, a la conditio humana, fue también la crisis petrolífera de los 70 y el consiguiente desmoronamiento de la idea, que duraba ya 300 años, de un progreso ilimitado que ya no se definía por una meta y, de ese modo, por un límite, sino, sólo negativamente, como emancipación y dominio progresivo de la naturaleza.” (Robert Spaemann, Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar, Página 14)