Queda
por plantearse la pregunta acerca de si cabe perdonarse a sí mismo. Este tipo
de perdón es imposible respecto de las faltas contra los demás. Pero hay faltas
y errores que conciernen exclusivamente a la existencia propia.
Tenemos
la sensación de que somos responsables de nosotros mismos y de la vida que
tenemos que vivir. Sin embargo, sólo se puede pensar lo que se siente en esa
sensación, si pensamos al hombre como imagen y representante de un
incondicionado que no es parte de sí mismo.
La
idea de responsabilidad de sí mismo es una idea religiosa, más aún, es una idea
fundamental para la religión.
Esta
responsabilidad sobre los propios actos se puede afrontar desde diferentes
puntos de vista. Cuando se piensa impersonalmente, cuando no se piensa en
absoluto como sujeto, no se puede se puede ser objeto de un posible perdón, ni
puede el hombre perdonarse su falta de responsabilidad consigo mismo: no hay
perdón alguno para ella. Por eso, la idea de responsabilidad consigo mismo se
puede mantener únicamente cuando se piensa un perdón posible, es decir, cuando
se piensa también un sujeto del perdón.
*
Ver Robert Spaemann: Felicidad y
benevolencia ‘1989’ (Glück und Wohlwollen) – Ediciones Rialp ‘1991’ Segunda
parte. Perdón. IV. Página 284-285
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