jueves, 3 de diciembre de 2015

Ordo amoris (4)

La finitud del agente hace que sea imposible para él convertir a todo hombre en causa inmediata de sus acciones.

Ordo amoris significa una jerarquía escalonada dentro de la benevolencia universal. Con relación a ella, hablamos de justicia. (1)

En esta jerarquía existen puntos de vista que interfieren entre sí y se sobreponen unos a otros, puntos de vista que en caso de conflicto de intereses desempeñan un papel importante.

Se da la relación de mayor proximidad o lejanía, que se asienta en la constitución sensible -espacio-temporal- de la vida. La centralidad del instinto, para el que el mundo es esencialmente medio, no deja de tener importancia para el ser racional.

El orden de proximidad y lejanía es un orden moralmente relevante. El que -ceteris paribus- (2) la familia, los amigos, los colegas, vecinos, correligionarios o conciudadanos tengan más derecho a ser causa inmediata de nuestras acciones que quienes están lejos de nosotros es algo que se les debe exigir a los últimos. Ello resulta del hecho de que nadie puede dar algo a alguien sin tomarlo de otro o sin privarle de ello a algún otro individuo.

Siempre que sean expresión efectiva de la benevolencia las prioridades se tienen que fundamentar en razones accesibles para todos. Si me encuentro ante la alternativa de salvar la vida de mi hijo o de otra persona ajena a mi entorno, debo salvar la vida de mi hijo.

Las necesidades de hombres muy alejados de nosotros no nos llevan normalmente a cambiar sustancialmente las costumbres de nuestra vida, ni a renunciar a nuestros intereses para liberarlos de su situación. Todo llamamiento al respecto cae en el vacío. Quien se halla alejado de nosotros se convierte muy fácilmente en alguien menos real. (3)

(1)*Ver Robert Spaemann: Felicidad y benevolencia (1989) - Ediciones Rialp (1991) – Ordo amoris. I. Página 170
(2) Cæterīs pāribus, frecuentemente escrita como caeterīs, cēterīs o céteris páribus, es una locución latina que significa literalmente «[siendo] las demás cosas igual» y que se parafrasea en español como «permaneciendo el resto constante».
(3)Ver Robert Spaemann: Felicidad y benevolencia, obra citada, Ordo amoris. II. Páginas 170-172

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