
Ordo amoris significa
una jerarquía escalonada dentro de la benevolencia universal. Con relación a
ella, hablamos de justicia. (1)
En esta jerarquía existen puntos de vista
que interfieren entre sí y se sobreponen unos a otros, puntos de vista que en
caso de conflicto de intereses desempeñan un papel importante.
Se da la relación de mayor proximidad o
lejanía, que se asienta en la constitución sensible -espacio-temporal- de la
vida. La centralidad del instinto, para el que el mundo es esencialmente medio,
no deja de tener importancia para el ser racional.
El orden de proximidad y lejanía es un
orden moralmente relevante. El que -ceteris
paribus- (2) la familia, los amigos, los colegas, vecinos, correligionarios
o conciudadanos tengan más derecho a ser causa inmediata de nuestras acciones
que quienes están lejos de nosotros es algo que se les debe exigir a los
últimos. Ello resulta del hecho de que nadie puede dar algo a alguien sin
tomarlo de otro o sin privarle de ello a algún otro individuo.
Siempre que sean expresión efectiva de la
benevolencia las prioridades se tienen que fundamentar en razones accesibles
para todos. Si me encuentro ante la alternativa de salvar la vida de mi hijo o
de otra persona ajena a mi entorno, debo salvar la vida de mi hijo.
(1)*Ver Robert Spaemann: Felicidad y
benevolencia (1989) - Ediciones Rialp (1991) – Ordo amoris. I. Página 170
(2) Cæterīs
pāribus, frecuentemente escrita como caeterīs, cēterīs o céteris páribus, es
una locución latina que significa literalmente «[siendo] las demás cosas igual»
y que se parafrasea en español como «permaneciendo el resto constante».
(3)Ver Robert Spaemann:
Felicidad y benevolencia, obra citada, Ordo amoris. II. Páginas 170-172
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