José Luís del Barco |
Una de las
preocupaciones intelectuales de Spaemann consiste en apoyar la ética sobre un
fundamento capaz de superar el dualismo entre eudemonismo y universalismo (1).
La respuesta de
Leibniz a esta cuestión se encuentra en la definición que hace del amor: Delectatio in felicitate alterius
(alegría por la felicidad del otro). Con este descubrimiento consideraba que resolvía
el problema del eudemonismo, es decir, daba respuesta a la pregunta sobre cómo
pueden converger un interés originario por los demás con el deseo irrefrenable
de alcanzar la felicidad propia.
Kant |
Kant entendía
que un amor como el definido por Leibniz es patológico, una pasión de la que no se es responsable
y, como tal, no puede ser fundamento de una convicción moral. (2)
En la filosofía
medieval se distinguía entre amor
concupiscientiae, de deseo, y amor
benevolentiae, de amistad o benevolente (3).
Aristóteles
entiende por amistad amar a los demás “por mor de sí mismos.” Sin embargo, el amor amicitiae, amor de amistad, sólo es
posible como benevolencia recíproca entre seres humanos cuyas voluntades se asimilan
espiritualmente la una a la otra, puesto que se han elevado por encima del
propio instinto y han acogido en sus voluntades el bien como lo general (4).
Leibniz |
El amor del que
habla Leibniz parece ir por esta línea y sirve de punto de partida para el
desarrollo del concepto benevolencia tal como lo entiende Spaemann.
En las próximas entradas se tratarán los tres principios que
conforman la ética de la benevolencia propuesta por Spaemann: Benevolencia, Ordo amoris y Perdón.
(1) Robert Spaemann: Felicidad y Benevolencia, Eunsa,
Estudio Introductorio de José
Luis del Barco, páginas 12 y 13.
(2) Ver Robert Spaemann, Felicidad y benevolencia,
obra citada, Benevolencia. I, página 146.
(3) Ver Robert Spaemann, Felicidad y benevolencia, obra
citada, Benevolencia. II, páginas 152 y 153.
(4) Ver Robert Spaemann, Felicidad y benevolencia,
obra citada, páginas 153 y 154.
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