miércoles, 18 de noviembre de 2015

La justicia (1)

Vivir rectamente significa hacer justicia a la realidad, objetivar nuestros intereses, formarlos a través del contenido valioso de la realidad (1).

La educación debe permitir al ser humano capaz de librarse de la sensación del momento, capaz de hacer lo que quiera. Debe aprender a conducir su vida. Es tarea de la formación esclarecer el contenido valioso de la realidad, formar los diversos intereses objetivos. Esta objetivación significa en primer lugar sujetarlos a una medida común, compararlos entre sí, sólo de esta manera será posible ponerse de acuerdo con uno mismo y con los otros respecto de los intereses en conflicto (2).

Ante todo, la realidad a la que debemos hacer justicia son, en primer lugar, los demás hombres. El ser humano necesita de los demás. Al comunicarse con ellos desarrolla el lenguaje, los pensamientos y los sentimientos. Mediante el lenguaje se le desvela riqueza de la realidad y de la relación con los demás se aprende lo que es recto.

Nadie puede vivir sin dar a su actuación, a su comportamiento, un sentido que sea comprensible hasta cierto punto por los demás, susceptible de aprobación, de justificación, precisamente frente a los que son afectados por las consecuencias de nuestras acciones.

En este contexto se denomina justicia a la disposición a someter la propia actuación a esa medida o norma justificativa. (3)

(1) Robert Spaemann. Etica: cuestiones fundamentales, Eunsa, IV. Justicia o yo y los otros. Página 59
(2) Ver Robert Spaemann. Etica: cuestiones fundamentales, obra citada, páginas 59 y 60.
(3) Ver Robert Spaemann. Etica: cuestiones fundamentales, obra citada, página 60.











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