Continuación de la entrada anterior
Desarrollo de los tres puntos anotados en la entrada anterior
según el planteamiento de Robert Spaemann.
l. Intentar
que nuestros propios sentimientos, experiencias y juicios morales formen un
conjunto coherente
Las convicciones morales poseen al principio la forma de la
inmediatez y la incondicionalidad, forma que no permite relativización** alguna. No son negociables, sino que delimitan la frontera de lo negociable.
Los juicios de la conciencia no están a libre disposición. No obstante, la
filosofía hace de esas convicciones objeto de diálogo.
El discurso filosófico trata de comprender
el fundamento de esa incondicionalidad propia de lo moral. Este intento da
lugar a controversias, pues como dice Goethe «Toda palabra pronunciada suscita
su contraria»***. Pero estas controversias no se refieren a la existencia del
fenómeno moral, que es un hecho, sino a su correcta interpretación.
En el
desarrollo de este discurso reflexivo la incondicionalidad propia de lo moral
no está en discusión, lo que lo está es el contenido de convicciones morales
concretas.
Eso es un motivo para ir al fondo del asunto, es decir, para preguntarnos por la regla de
nuestras convicciones morales, y a partir de ese fundamento resolver en lo
posible el conflicto para hacernos amigos
de nosotros mismos.
2. Tratar de
poner en conexión los sentimientos, experiencias y juicios morales de
diferentes hombres de distintas épocas y culturas
Nos encontramos con la experiencia de la existencia de un
pluralismo ético que puede hacer cuestionar la idea de unos planteamientos
éticos válidos para todos. Dice Spaemann que se puede
reaccionar tomando nota de esta pluralidad, postura que conduce hacia el
relativismo ético, o bien reflexionando sobre qué costumbres son mejores o
peores.
La postura relativista abre un abismo con la de los otros.
No puede hablar de ellos sino sobre ello. Por el contrario, estar abierto a
discutir con los otros sobre aquello correcto quiere decir compartir la
convicción que existe lo que es correcto.
La postura de la ética filosófica es aceptar el reto de
descubrir la respuesta sobre juicios morales contradictorios buscando la
convicción mejor fundada y, en esta tarea, se da cuenta que hay una serie de
conceptos morales que se comparten, pero sus formas o maneras de expresarse
están condicionadas por la época o el grupo de que se trate.
3. Tratar de
comprender los fenómenos morales como algo que tiene su origen en un fundamento
común, y tratar de identificar dicho fundamento.
Spaemann vuelve a hacer referencia a la influencia de la
experiencia vital en el pensamiento. Su razonamiento considera que la ética
filosófica presupone la experiencia moral y muestra como esta dimensión es el
fundamento sobre el que nos sostenemos y, también, las consecuencias de
negarlo.
La reflexión sobre la vida y la actuación correctas, sobre
la intuición que se ha expresado con las palabras bueno y malo, entra en el
ámbito de la filosofía teórica. La filosofía apunta a la unidad interna de
pensamiento como una condición de la amistad con uno mismo. De esta manera, no
es posible desligar completamente una unidad interna de la orientación de
nuestras acciones de lo que pensamos sobre la realidad, aquello que antes que
nosotros y sin nosotros es como es.
Sólo podemos vivir en amistad con nosotros mismos si somos
algo más que un paralelogramo de fuerzas contrapuestas y si al hacer una cosa
no nos lamentamos de no poder hacer otra, es decir, si realmente podemos
identificarnos con el punto de vista que guía nuestra elección.
La ética filosófica trata de desarrollar este punto de
vista. De este intento resultan planteamientos diversos, que son en parte
consecuencia de la diferente formulación de las preguntas y en los diferentes
sentidos en que apuntan los intereses. Así, para poder relacionar distintas
concepciones históricas de la ética será necesario un análisis
histórico-hermenéutico.****
*Ver Robert Spaemann, Límites. Acerca de la de nuestras
convicciones ética del actuar (2001), Eiunsa (2003), ¿Qué es la
ética filosófica? páginas 19 a
27.
**Incondicional: Adepto a una idea sin limitación o
condición ninguna.
Relativizar: Introducir en la consideración de un asunto aspectos que atenúan su importancia. (de la definición de la RAE)
*** Johann Wolfgang von Goethe: Máximas y reflexiones (Maximen
und reflexionen), Edhasa 1993. Capítulo 9
***Hermenéutica: Arte de
interpretar textos y especialmente el de interpretar los textos sagrados.
(definición de la RAE)
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