miércoles, 4 de noviembre de 2015

Los dos conceptos fundamentales de la moral* (2)

En la fundamentación de la moral hay dos tendencias, que Spaemann expone de acuerdo con su aparición cronológica.

La tendencia inicial fue el desenmascaramiento, que significa descubrir un fundamento comprometedor del la moral dominante que contradice los fines que la propia moral prescribe. Las incoherencias descubiertas cuestionan toda la moral vigente, que de esta manera camina hacia la abolición. En este sentido se orientan las críticas de Marx, Nietzsche y Freud a la moral burguesa cristiana del siglo XIX, recogiendo así un legado de los sofistas del siglo V antes de Cristo.

Con posterioridad aparece la tendencia a la justificación, que busca un fin legitimador que valide las normas vigentes. Consiste en verificar la razonabilidad de las normas vigentes, o sea, si se ajustan a los fines previstos. En algunos casos el resultado puede ser una completa justificación y en otros se descubre que no se ajustan a sus fines o lo hacen de manera insuficiente. Este defecto puede estar motivado por degeneración moral, porque la norma se ha ido alejando de su inmanente razonabilidad, o por extemporalidad, debido a cambios de condiciones significativos que, para cumplir los objetivos que persiguen, reclaman una modificación en las normas.

La teoría de la decadencia de Platón es representativa de esta tendencia. (1) Decadencia que el filósofo griego explica así: todo arte que no posee una comprensión de sus propios fines se convertirá en una mera rutina y degenerará. Siguiendo la misma pauta, una moral que no va acompañada del conocimiento de su fundamento, es decir, de su fin, pierde la ligazón con su fundamento y se viene abajo. Para el sociólogo americano Riesmann (2) supone el paso de la ética gobernada por la tradición a una ética gobernada interiormente. (3)

* Ver Robert Spaemann, Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar, Eiunsa, Los dos conceptos fundamentales de la moral, páginas 66 y 67
(1) Ver Platón, El político, 299.
(2) Ver David Riesman, The lonely crowd (La muchedumbre solitaria)
(3) “Este paso equivale al intento de racionalizar las reglas éticas de comportamiento por referencia a algo así como un fundamento o fin último, a un «bien supremo», como se dice en el lenguaje de la tradición filosófica. Esta racionalización tiene un doble significado: la moral será a la vez más absoluta y más relativa; más absoluta por su enraizamiento en un principio establecido como absoluto, más relativa porque las normas concretas se someten a una comprobación crítica de su concordancia con este fundamento.” (Spaemann, Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar, obra citada, página 67)




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