La responsabilidad
es fruto de la libertad de acción. Comte-Sponville (1) dice que es el precio a
pagar por ser libre.
Para poder
ejercerla es necesario disponer de un margen de discrecionalidad, entonces, el nivel
de responsabilidad del agente dependerá del grado de repercusión de sus acciones
(2).
Las posibilidades que ofrecen al ser humano los avances tecnológicos y
científicos han ensanchado la repercusión de sus acciones. Esto se puede
traducir, en algunos casos, en una amenaza para la normalidad de la vida.
Este filósofo critica la
pretensión de la ciencia moderna de querer reconstruir la vida consciente en su
afán de progreso. Para él, el progreso en singular es un mito y cada progreso,
tratado separadamente, debe estar puesto en relación responsable con el precio que
se exige. Considera que la utopía de intentar radicalmente la normalidad de la
condición humana conduce a la destrucción de la vida. Esta utopía transforma la realidad
en ciencia ficción y, de este modo, el ser humano se hace utópico en el sentido
originario del término, es decir, sin lugar, en la medida en que se le arrebata
del nicho ecológico que le corresponde, como todo ser vivo.
En el libro Das Prinzip Verantwortung. Versuch einer
Ethik für die technologische Zivilisation (El principio de responsabilidad.
Ensayo de una ética para la civilización tecnológica) (4), Jonas ha alertado
sobre la crisis que ha sufrido la normalidad de la vida en este contexto.
(1) André Comte-Sponville. Diccionario filosófico,
concepto responsabilidad.
(2) “No cabe hablar de responsabilidad allí donde se deben
seguir indicaciones de acción exactas, sino allí donde cae dentro de las
competencias de alguien establecer un orden dentro de un determinado ámbito
vital complejo o realizar una tarea compleja, allí donde para el ejercicio de
esa tarea tiene que completar con su propio saber hacer un margen de
discrecionalidad, y, finalmente, allí donde está obligado a rendir cuentas del
resultado de sus acciones. La responsabilidad política por el resultado va más
lejos que la responsabilidad específicamente moral. Quien no tiene suerte en la
política, ha de abandonarla. El superior es responsable de los errores de sus
subordinados que produzcan consecuencias de cierta importancia, también en el
caso de que moralmente no tenga culpa alguna de esos errores. Con frecuencia ha
elegido él al subordinado; debe responder de qué responsabilidad le confía. Así
pues, la responsabilidad política, la jurídica y la moral no tienen por qué
solaparse. La responsabilidad política es la más difícil de delimitar con
claridad.” (Spaemann, Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar,
15. La responsabilidad como concepto fundamental de la ética , página 206)
(3) Ver Robert Spaemann, Una ética contra la ciencia
ficción.
Discurso de Laudatiocon motivo de la
concesión del Premio de la paz de los editores alemanes a Hans Jonas. Publicado en la revista Nuestro
Tiempo nº 407, Pamplona, mayo 1988
(4) Ver Hans Jonas,1973, El principio de responsabilidad:
Ensayo de una ética para la civilización tecnológica, trad. cast. Ed,
Herder, Barcelona, 1975).
Ramon Alcoberro, describe los puntos fundamentales del principio
de responsabildad de Jonas en Filosofia i Pensament, Introducción a
Jonas, www.alcoberro.info/jonas0.htm
“El deber o axioma básico de la responsabilidad comprende
tres aspectos:
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Ramon Alcoberro |
1. La existencia de un mundo habitable, pues no cualquier
mundo puede ser un espacio de “habitación” humana auténtica.
2. La existencia de la humanidad, porque un mundo sin
hombres para Jonas equivale a la nada: sin humanidad desaparece el ser.
3. El “ser tal” de la
humanidad: la humanidad auténtica no es cualquiera, sino una humanidad
creadora. El ser del hombre crea valor y una humanidad no creadora no sería
estrictamente humana.
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